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Lugar de encuentro. En un mundo donde cada vez hay mas pasajeros y menos viajeros. Todas las fotografías de este blog pertenecen a su autor, menos aquellas que así lo indican.

9.28.2009

Automóviles de Ístanbul.


Hay diversas maneras de acercarse a una ciudad desconocida, yo suelo simultanear algunas. La mas interesante es ir a ver que hay sin ningún prejuicio, olvidando lo poco que conocemos del lugar e intentar aprehender todo lo que nos pueda dar. Hay otra que me parece muy sugestiva, es ir a ver lo que ya no está, lo que queda lo de lo que hubo y lo que fue. Es interesante precisamente porque a veces encuentras ejemplos de ese pasado mejor o cuando menos muy distinto del actual. Muchas veces nuestro conocimiento del lugar por imágenes, films o cualquier otro tipo de información intoxican nuestra lectura y nos hacen sentir defraudados, no hay mas remedio que olvidar cualquier cosa a priori y juzgar por nuestra propia experiencia.


…” ¡De cuantos coches no habré oído o visto a lo largo de los años que han caído con sus pasajeros yéndose al lugar sin retorno de las aguas profundas! Cuando cae al agua el coche en el que van niños gritan, los novios que han discutido, los borrachos que todo lo toman a broma, los maridos que vuelven a toda prisa, los jóvenes que quieren probar los frenos de sus coches, los conductores absortos, los amargados que piensan en el suicidio, los abueletes que no ven bien en la oscuridad, el distraído que en lugar de meter la marcha atrás mete la primera después de tomar un té en el muelle con los amigos, los que no logran entender que pase algo así tan de repente “…

Orhan Pamuk mientras escribía su libro “Estambul. Ciudad y recuerdos”, repasó diversos periódicos de su niñez y transcribe algunos de los muchos artículos de accidentes de coches que caían a las profundas y frías aguas del Bósforo, y hace algunos trágicos pero divertidos comentarios, también incluye -dada la normalidad del suceso- consejos de las autoridades, sobre qué hacer en caso de que el coche caiga al mar. Esos automóviles de los que habla, eran como estos.

Un Chevrolet Bel Air en Karakoy.



Seguro que recuerdan la ciudad de New York en los años cuarenta y cincuenta, por películas y fotografías, la moderna Estambul de la occidentalización en ésa misma época, era un invento semejante a ciudad europea con grandes automóviles americanos, me dediqué a fotografiar todos los que encontré, hasta hace sólo unos diez años aún quedaban muchos, y le daban a la ciudad un aspecto de Habana europea.

Un Chevrolet Bel Air en Cihangir.
Atentos al faro junto al retrovisor.

Un De Soto en el solitario barrio de Draman.

Esperé unos minutos para ver si de algún portal cercano aparecía Fred MacMurray, Burt Lancaster, Robert Mitchum o el bueno de Humphrey Bogart disfrazado de Philip Marlow, pero no. Durante un buen rato vi la ciudad en blanco y negro.

Extraño artilugio descendiente directo del coche de la familia Pica Piedra
en el Serrallo, suponemos que para pasear turistas por el palacio de Topkapi.

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9.24.2009

Gente de Ístanbul 6. Pera.


…” A esta encrucijada viene a dar también Yeni-Chirche, la mayor de las calles que, en empinada cuesta, suben hasta Pera, la ciudad cristiana colgada allá arriba, encima de nuestras cabezas. Y desde los dos lados de esta calle, bajo brotes de viñas, delante de los cafés turcos que se suceden uno tras otro, llenándolo todo con sus pequeños taburetes y sus mesitas, vienen a sentarse por centenares los porteadores que han sufrido todo el día subiendo a los navíos, a los muelles, a las aduanas, los baúles de los viajeros, las cajas y los fardos de mercancías. Contentos por el reposo nocturno, llegan unos tras otros y piden un narguile, estos hombres cuya profesión es reemplazar, con sus anchos hombros y sus corvas de hierro, a los camiones y a los carros desconocidos en Constantinopla. “…

Pierre Loti. “Capitales du monde” 1892. Gálata.

Hoy seguimos con otra cita de Pierre Loti, el encargado de describir el antiguo barrio de Pera en el libro que estamos desgranando hace días; “Estambul. Letras de Viaje”.

Museo Pera. Uno de los dos edificios que lo forman.

Pera es una palabra griega que significa algo así como “mas allá”, el barrio de Pera pasado el puente Gálata, lo conforman el puerto de Karaköy, Sishane -al otro lado del puente Atatürk- Tünel –la parte superior del metro-funicular denominado así Tünel y ahora el gran barrio de Beyoglú, en la loma de esa colina con vistas al Bósforo y al Cuerno de Oro. Fue creado por y para los extranjeros, la Torre Gálata es su monumento insignia, creada por los genoveses en el siglo VI para el control del puerto y de las hostilidades de los vecinos de abajo. Sea como sea la tradición ha hecho que al barrio de Beyoglú se le denomine también popularmente como Pera, su calle principal Istiklâl Caddesi era denominada a principios del siglo XX Grande rue de Péra.

Markiz. Yemen Kulübu. Istiklâl Caddesi.
Antiguo y delicioso café trasformado torpemente en burguer.

En esta popular calle ahora peatonal y repleta de actividad comercial, se instalaron las embajadas y los hoteles mas famosos, cuando la capitalidad se trasladó a Ankara en 1923 fueron sustituidas por los consulados, es la gran calle de las compras y el ocio, en sus aledaños ahora están los bares, clubes y restaurantes de moda, también hay numerosas iglesias de diferente índole. Es un lugar muy especial del que hablaré en próximas ocasiones.

Komondo Merdevenleri. Voyvoda Caddesi.

Esta es la famosa escalera Komondo Merdevenleri. Avram Komondo el comerciante más rico de la comunidad judía del barrio, fue el primer extranjero del Imperio Otomano al que se le permitió la propiedad privada, como agradecimiento cedió a la ciudad esta romántica y curiosa escalera a finales del siglo XIX. La encontré por casualidad el primer día, tras dejar las maletas y salir a callejear sin mapa descendiendo del barrio desde la Torre Gálata al Cuerno de Oro.

Istiklâl Caddesi que sigue muy animada de noche.

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9.20.2009

El café de Pierre Loti.


…” La hora del atardecer me sorprende en el muelle de Top-Hané, sentado al aire libre delante de un café, algo habitual en la vida de Oriente, mirando cómo pasa el mundo y cómo cae la noche.
Una especie de lugar de mezcolanza y de transición, este muelle de Top-Hané, una especie de vasta encrucijada a la que van a dar, por medio de anchas avenidas, barrios absolutamente diferentes.
En los bellos atardeceres como éste, la mitad de la calle está atestada de hileras de divanes de terciopelo rojo o abigarrados, sobre los que se sienta gente que fuma, que sueña. Allí se está como en el patio de butacas de un inmenso teatro, para ver ante sí el gran movimiento de la vida oriental y, sobre el Bósforo, el vaivén de los navíos. “…

Julien Viaud (Rochefort 1850) conocido por el seudónimo Pierre Loti, con el que escribía novelas llenas de exotismo y emoción. Tras numerosos viaje por el mundo convierte el agonizante Imperio otomano en el decorado de sus historias, le encantaba mezclar los restos medievales con la incipiente modernidad de la Turquía fin de siglo, utilizando elementos autobiográficos, trama de aventuras y un magnífico gusto por la descripción. Murió en Hendaya el 10 de junio de 1923 de uremia y edema pulmonar.

El café en el siglo XIX.

Loti enamorado de Turquía y locamente de una turca casada -vean su novela autobiográfica Aziyade- a pesar de su supuesta homosexualidad, solía ir a un café en Eyüp que aseguran es éste.


El famoso café se encuentra en lo alto de la colina del cementerio de Eyüp, se puede acceder subiendo a pié unos veinte minutos por la gran y empinada necrópolis o en un bonito y moderno funicular que te deja a veinte metros por una lira. Yo decidí el la segunda opción, llevaba toda la mañana andando desde el hotel en Pera, pasando por la iglesia bizantina de San Salvador en Chora situada en otro barrio no menos laberíntico y empinado, y todo el recorrido desde la murallas de Teodosio, cruzando cementerios y grandes avenidas a la turca, sin paso de peatones.

La pequeña cocina.

Está decorado con muebles del siglo XIX y los camareros van vestidos con ropas de la época, en las pequeñas habitaciones interiores hay colgadas numerosas fotografías y documentos del escritor francés, yo estaba prácticamente solo, porque todo el mundo -eso es lo que mas me gustó- fundamentalmente turcos a esa hora, preferían las mesitas de madera con manteles a cuadros rojos y blancos del fresco exterior, a la sombra de lo árboles y las bellas vistas de la curva del Cuerno de Oro y sus islas, mientras alguno, como vimos en una foto hace días, fumaban su nargile con -gran y exótico detalle- las brasas calientes en una pequeña sandía cortada a la mitad.

Otra de las habitaciones.

La cocina es uno de los rincones mas interesantes, hay recipientes de cobre con capacidad para una, dos, tres, y hasta seis tazas, y el agua se calienta a las brasas de carbón. El precio del té en esta ciudad es muy curioso, la normal por una taza pequeña como la de la foto, es una lira, aunque si no tienes el importe exacto, prefieren que les des lo que tengas suelto antes de dar cambio.

El Cuerno de Oro desde la terraza.

Pierre Loti oficial de marina.

Pierre Loti a la oriental.

Pierre Loti en su salsa.

Pierre Loti por el aduanero Rousseau.


Mas información sobre Loti aquí.


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9.17.2009

Gente de Ístanbul 6.


…”La morfología de la ciudad es muy simple. Dos lóbulos de la parte europea: el más antiguo abajo (Constantinopla) y el más moderno arriba (Beyoglu), divididos por el Cuerno de Oro y unidos por los dos puentes de Gálata y de Kemal Ataturk. Delante, un tercer lóbulo sin puentes y sin nombres ilustres, una especie de Giudecca un poco como Capri, adonde jamás se va.
El Bósforo en medio, en lo alto; y más abajo el ensanche del mar de Mármara con sus anheladas islas. Desde cualquier lugar desde el que se contemple, el panorama es probablemente el más hermoso del mundo “…

Giudecca: una de las islas que componen Venecia.

Alberto Arbasino (Lombardía 1930). “Los turcos”, 1971.

Primer çay de la mañana en Beyoglu.

En la actualidad hay dos enormes puentes colgantes que cruzan el Bósforo y dan acceso en automóvil a la zona asiática, el puente Fatih Sultan Mehmet y el puente Ataturk que se construyó primero, entre Ortaköy y Beylerbeyi, se terminó tres años mas tarde que Arbasino escribiera “los turcos”, es el noveno puente en suspensión del mundo, mide 1.074 metros a 64 metros sobre el nivel del agua.

Cambio de guardia en el palacio Dolmabahçe.

Hoy me gustaría comentar algunos tópicos comunes referentes a los turcos.
No, ya no hay un bigote bajo la nariz de cada uno de ellos, lo que si es cierto y lo pude comprobar en diversas ocasiones, -no tomé la foto para no interferir, ni herir sensibilidades-, los jóvenes turcos suelen pasear cogidos de la mano. Algo que es mas o menos normal entre amigas occidentales y que sería “extraño” y criticado por aquí. En la actualidad la comunidad homosexual suele hacerlo en algunas calles del centro de mi ciudad, pero impensable entre heterosexuales.

Mezquita Nueva. Yeni Cami.

Beben té como si fuera agua, a todas horas, cualquier momento y lugar es perfecto para una pequeña pausa acompañada de un pequeño çay.
El café es excepcional, tanto como su té.
Los frutos secos son allí una delicia; pasas, higos, orejones, almendras, avellanas… de una calidad especial, como sus famosos yogures.
El olor de las alfombras de las mezquitas no es desagradable, ya me gustaría que nuestro metro a la hora punta oliera así.
Su televisión es tan o mas mala que la nuestra, pude hacer la comparación in situ ya que haciendo un zapping en el hotel, aparecieron los odiosos personajes de “Cuéntame cómo pasó”.

Atardecer en el mar de Mármara.

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9.14.2009

Gatos de Ístanbul.

…” Los perros.
Y en este tiempo, Constantinopla habrá perdido también una de sus curiosidades más curiosas:los perros. Aquí quiero dejar correr mi pluma, pues el asunto se lo merece.
Constantinopla es una auténtica perrera: todo el mundo lo observa nada mas llegar. Los perros constituyen una segunda población de la ciudad, menos numerosa pero no menos extraña que la primera. Todo el mundo sabe cuánto los aman los turcos y los protegen. No he podido saber si lo hacen por el sentimiento de caridad que exige el Corán incluso hacia las bestias, o porque sus historias sagradas hablan de ellos (…) Sin embargo, como el perro, según el Corán, es una animal inmundo y todo turco cree que contamina su casa si lo hospeda, ninguno de los innumerables canes de Constantinopla tiene dueño. “…

Edmundo de Amicis, (Oneglia 1846). “Constantinopoli”, 1878.

…”También por su especial estado de santidad, los derviches tienen el derecho a ser dispensados del viaje a La Meca. Pueden comer cerdo y liebre, e incluso tocar a los perros, algo prohibido para los otros turcos, “…

Gérard de Nerval. “Viaje a Oriente”, 1851.

Beyoglu.

Diversos autores mencionan esta particularidad de la ciudad, como el propio Edmundo cuenta en su capítulo sobre los perros, constituían “una gran república de vagabundos libres, sin collares, sin nombre, sin oficio, sin casas, sin leyes”. Viviendo y haciendo todo en la calle y de su trozo de barrio su feudo. Orhan Pamuk en “Estambul, Ciudad y recuerdos” les dedica también unas líneas, incluso incluye una postal “Souvenir de” con una cuadrilla de perros callejeros, de una colección editada entre finales del XIX y principios del XX.

Los jardines del Museo Arqueológico.

Yo por mi parte encontré perros callejeros, pero no muchos, nada de manadas, cuatro o cinco como mucho a la vez, los perros mas feos, sucios y enfermos que he visto en mi vida, casi siempre acompañando a algún vagabundo que vivía y dormía en las calles como ellos. No vi ninguna imagen digna de fotografiar, tampoco la busqué, me parecieron mucho mas horrorosos que los perros que acompañan a nuestros punkis pies negros con flauta sentados en las aceras del centro.

De cacería. Un pescadito que escapaba del mercado del muelle Karaköy.

Lo que si vi fueron decenas de gatos, uno incluso con collar, como el resto de sus congéneres del mundo mundial altivos y orgullosos, nada dispuestos a abrir sus cansados ojos para la foto.

Este post está dedicado a Miserias, Pippa, Cacho, Sunsilk, Dexter, Princesa –aunque no se lo merezca- y todos esos que ronronean por sus casas y que no conozco los nombres.

San Salvador de Chora.


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9.11.2009

Gente de Ístanbul 5.


…” Desde el último piso del hotel Sheraton, Estambul surge como un sueño, algo parecido a una visión irreal de una ciudad inexistente, sólo imaginada después de la lectura de un cuento oriental. Al otro lado del Cuerno de Oro se alza la mole de Santa Sofía, así como las mezquitas con sus altos minaretes y, justo donde terminan los jardines del palacio de Topkapi, derrumbándose hacia abajo, aparece la confluencia del mar de Mármara y la sonrisa del Bósforo, surcado por embarcaciones de todos los calados. Por la noche, con las infinitas luces encendidas, el espectáculo es sobrecogedor. “…

Juan Perucho. (Barcelona 1920). “Los laberintos bizantinos”, 1984.


El palacio de Topkapi.

Perucho da en el clavo, si de día la ciudad parece un escenario novelesco, por la noche el centro es algo así como el escenario de una gran ópera, pero real. Otros barrios en cambio también parecen un escenario de cine, pero por su estado y oscuridad las calles empinadas semejan un fotograma de film expresionista.

Iglesia de San Salvador en Chora.

El tranvía Taksin-Tünel.

Hoy me apetecía dar un vistazo, a la manera de vivir la soledad de los habitantes de una ciudad, con un censo de población que ronda los quince millones. Me pareció que el carácter de sus pobladores es muy dado a la conversación con el desconocido y a la sonrisa sincera al extraño, pero también que no tienen ningún inconveniente en aislarse de sus vecinos y disfrutar del paso del tiempo, ser ocioso sin prisas y de una manera natural.

Museo Arqueológico.

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9.07.2009

Gente de Ístanbul 4.


…” Constantinopla: Por la mañana, cuando uno se levanta y ve la bruma sobre el Cuerno de Oro con los minaretes esbeltos y finos que se rigen hacia el cielo y el muecín llama a los fieles con una voz que sube y baja como un aria de ópera rusa, se capta la magia de Oriente. “…

Ernest Hemingway. (Illinois EE.UU 1899).
“Old Constan” en True Lights is Trough Tourn, 28 de octubre de 1922.

Vendedores del centro en su estado cotidiano.

Así escribía Hemingway cobre “Constan” a su paso por la ciudad, como corresponsal de un diario canadiense, The Toronto Daily Star, siendo aún un desconocido, nada que otros a su paso por allí no hayan dicho.
Mi primer contacto con el muecín fue saliendo de visitar Santa Sofía, me dirigía a la mezquita Azul (Sultan Ahmet Camii) y por los altavoces de sus seis alminares salía una voz increíble, que me pareció sin duda la de la reencarnación de Camarón de la Isla en persona, ninguno de los otros muecines que escuché, -llaman cinco veces al día- sonaba como aquel.


Bazar del las Especias.

El muelle de Eminönü.

Sudoku en el trasbordador de las isla Principe.

La anécdota del día.
Ustedes disculparan mi absoluta ignorancia sobre política turca, hacía días que veía unos carteles como de propaganda electoral por los barrios del centro, de diseño idéntico al Partido Popular español, especialmente en Sultanahmet y del Bazar –la parte antigua de la ciudad para entendernos-. Esa noche daba comienzo el ramadán y yo esperaba cerca de los muelles del Cuerno de Oro a que se hiciera de noche, me apetecía ver la ciudad iluminada. Frente la mezquita Nueva se había dispuesto un cordón de seguridad y desplegado la parafernalia televisiva del directo, con gentes que van y vienen hablando por teléfono, luces, cámaras con grúas, camionetas con radar, etc. Todas las señoritas elegantes y bien maquilladas y el señor Mustafa Demi en persona. No se si la conexión era para dar el pistoletazo de salida de su campaña electoral o el propio ramadán, creo que ambas dos. De repente un tipo se acercó con un paquete, los miembros de seguridad lo apartaron sigilosamente, él protestó, solo quería entregarle un presente al señor Demi –que por cierto la única información que he encontrado en la red en castellano es la de Alcalde del distrito de Fatih, pasada la muralla, ah! y también su dirección y email por si alguno le hace falta; mustafademir@fatih.bel.tr
Una vez conectados al directo, una banda de jenízaros con sus tambores y un señor ataviado de soldado medieval dispararon un viejo cañón y todas las luces entre mezquitas se encendieron, yo me fui a comer un bocacillo de pescado con perejil en los chiringuitos del muelle de Eminönü, mientras cientos de personas hacía cola frente a un camión cargado de no se que y de una carpa enorme con toda la información, -supongo- de “Mustafa Demir Ramazan´da Sultanahmte bulusalim” que es lo que reza el cartel.

TV en directo.

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9.04.2009

Gente de Ístanbul 3.


…” 6 de junio en Constantinopla.
Tal vez os sorprenda saber que entre el gran número de viajeros que atracan en esta ciudad, hay muy pocos que puedan exponer ideas algo exactas; nada tan cierto como que la mayoría de los observadores consumen su curiosidad visitando los monumentos griegos, y consideran que los turcos no son más que los destructores de sus objetos de culto. Llegan inundados por esa idea, se alojan en el barrio de los francos y apenas se dignan a atravesar una sola vez el puerto, para ir a ver la mezquita de Santa Sofía y regresar en seguida a casa. “…

Jan Potocki. "Viaje a Turquía y a Egipto". 1784 -1788.


El puente Galata.

El conde polaco Jan Potocki (Pików 1761), -conocido por su novela fantástica "Manuscrito encontrado en Zaragoza"-, cosmopolita, rico, culto y apasionado observador de las costumbres orientales decía bien, del mismo modo algunos turistas, se centran en aquello que dice su guía de viajes y temen aventurarse un poco mas allá, donde está ciertamente la vida real de lo que pretenden visitar.

En el impresionante parque Gülhane.

Subiendo en el moderno teleférico hacia en Café de Pierre Loti,
sobre el gran cementerio de Eyüp.

Me gusta fotografiar a la gente feliz, a la gente que trabaja, en sus momentos cotidianos, en esos instantes donde no haciendo nada en concreto, hacen aquello especial del día a día. Sobre todo me encanta fotografiar a la gente cuando se toman fotografías, en aquellos lugares que deciden como marco incomparable en su escala de valores, de una manera sencilla, sin gimnasia excesiva. Hacer una fotografía es una acto simple ahora ya por fin, gracias a las pequeñas cámaras o los teléfonos celulares, pero cargado de inercia de tradición.

El Gran Bazar.

En el barco hacia las islas Príncipe.

La anécdota del día.
Me pilló el primer día de ramazdan en la ciudad. Noveno mes del calendario musulmán que como saben se rige por la luna, es decir variable. Físicamente algo así como el inicio de las fiestas de la ciudad, -o nuestra Navidad-, no se si conocen bien lo que el ramadán significa, pero lo mas conocido es el ayuno alimenticio y sexual que se realiza durante el día; no se come nada hasta la ocultación del sol -o aparición de la luna en los primeros días-, eso les hace aproximar -ponerse en el lugar- de los que pasan hambre. El cansancio de la jornada laboral sin alimentos hace que la noche sea un momento especial y esperado. Otro de los preceptos de esos días es la caridad, la ayuda al necesitado y la reflexión.

Medio día, estaba sentado en un banco esperando la salida de mi barco, frente a la terraza del bar junto al embarcadero Kabatas. Un matrimonio y sus hijos esperaban también; tres niñas, la mujer de negro riguroso que mostraba solo los ojos y el marido con aire festivo, era sábado. En esto que se acercó la niña de pelo corto y mirada intensa de la foto, nos ofrecía un paquete de Kleenex a todos los que estábamos sentados en el banco, luego se dirigió a la familia sentada justo enfrente, habló con las niñas, el padre le ofreció una lata de Coca Cola, conversó un instante y las hijas le pusieron una silla junto a su mesa, compartieron patatas con tomate y ella rechazó que le pidieran cualquier otra cosa.

Sábado 22 de agosto.


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