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Lugar de encuentro. En un mundo donde cada vez hay mas pasajeros y menos viajeros. Todas las fotografías de este blog pertenecen a su autor, menos aquellas que así lo indican.

8.29.2007

Playas del norte 2

Playa de Zarautz.

Después de unos días de mucha calor y humedad, hoy amaneció nublado. Las calles medio desiertas se empiezan a llenar de nuevo de vehículos aparcados y las tiendas van abriendo poco a poco, valga el apunte de hoy para recordar de nuevo las playas del norte, aquellas que durante todo el día eran hervidero de gentes de todos lados y condiciones y que la poca ropa iguala de alguna manera.

Playa de Saint Jean de Luz.

Un día me fui a tomar un café a Francia –algo muy común en los lugares fronterizos- y me di cuenta que la cosa al otro lado era exactamente la misma, por eso yo sigo prefiriendo la hora crepuscular y la marea baja.

La Concha.

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8.26.2007

Playas del norte

Playa de Zurriola. Donosti.

Este verano he visitado muchas playas, pero a decir verdad me he bañado poco, me he mojado eso si, bañarse es otra cosa, mi relación con el mar es muy especial. Desde hace unas pocas decenas de años, se ha masificado la costumbre de ir a la playa a tomar el sol y a nadar, o simplemente a chapotear entre las olas. A mi no me gusta demasiado tomar el sol en esas condiciones, se lee mal y se come peor, soy mas amigo de los chiringuitos ya saben, pero ese es otro tema.



Playa de Ondarreta. Donosti.

A mi me gusta ir a la playa a la caída del sol, cuando la temperatura de color es mas impresionante y en el norte hay algo que me encanta; la marea baja.
Pasear por las playas en marea baja es un lujo, sobre todo si coincide con el atardecer, la gente ha recogido sus cosas y se ha ido, solo quedan algunos rezagados, entonces llega un reducido grupo, ya recién duchados y peinados; los contempladores de “tramontos”, ya hablaremos de ellos, normalmente no pisan la arena.
Seguro que recuerdan la sensación del agua fría en los pies –en el norte está fría a todas horas-, el rumor de las olas, las gaviotas que regresan para recoger el botín que dejaron los bañistas, y miles de metros de playa por delante mientras el sol se pone lentamente.


Por cierto hay un lugar muy famoso por sus mares, pero no por sus playas, y los pocos que lo han visitado iban muy tapados para no quemarse.

Recuerden que
SI HOY ES 28 DE AGOSTO TOCA LUNA LLENA.
Este lunes tendrán un gran pedazo de ella. Que la disfruten.


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8.23.2007

Y la luna al 68%.


Bueno yo tenía unas fotos preparadas y unas ideas sobre el post de hoy, pero como este blog tiene vida propia ya veremos como termina.


Tenía pensado hablar de la tranquilidad que se respira en la ciudad de Vitoria a pesar de sus fiestas anuales, la paz de las callejuelas apartadas de la zona de escenarios, de sus okupas instalados hace 19 años en la cima de la montaña en pleno casco viejo, -el Gaztetxe que ahora corre peligro de desalojo- y de su bandera pirata compitiendo con el campanario.



Pero no se si hay sido el perfil de la media luna y esa conjunción con un planeta Marte cada vez mas cercano, o la lectura estos días de los detectives salvajes real visceralistas de Roberto Bolaño, o quizá el visionado esta noche del film de Werner Herzog “Grizzly Man” y la relación de su protagonista con los osos pardos de Alaska, la cuestión es que al revisar las fotografías seleccionadas me ha venido un gran sentimiento de soledad, una soledad “a toro pasao”, de repente han pasado por mi mente los solitarios meses de Timothy Treadwell en el Parque Nacional de Katmai -el protagonista de la película de Herzog-, los astronautas recogiendo piedras en el frío suelo lunar, los sucesos del 3 de marzo de 1976 en la iglesia de San Francisco y sus nulas repercusiones y hasta la visión del santo de la iglesia de San Miguel victoriana, me daba la impresión que le habían puesto la txapela y el pañuelo rojo, no por estar en fiestas, sino por no sentirse tan solo allá arriba, en la fachada sobre la capilla repleta de flores para La Blanca.

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8.19.2007

Vitoria / Gasteiz en fiestas.


Las fiestas de La Blanca, -en honor a la Virgen Blanca- este año además han coincido con el 50 aniversario del primer descenso de San Celedón desde el campanario de la iglesia. Seis días de comer, beber, bailar y cantar en plena calle.

Blusas y Neskas veteranos demuestran su plena forma.

Una delicia pasear por la Plaza del Machete mientras realizan exhibiciones de trikitrixa y hacer cola para devorar un chorizo a la sidra. Mágico seguir una comparsa de veteranos, saltando y gozando como críos, o contemplar atónito una de sus populares y divertidas carreras de pantalones caídos. Cualquier despropósito que ustedes puedan imaginar, allí se lleva a cabo con total normalidad, la fiesta rejuvenece no lo olviden.

Concurso de cocina en la Plaza de España. Para seguir comiendo.

En el barrio viejo. Calle Cuchillería.



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8.14.2007

Planeta Pintxo





Desconfíen de todo lo que han leído sobre Euskal Herria, no se crean nada sobre esos tópicos manidos sobre la gente del norte, mediten sinceramente cual es el sentido que motiva a la población del País Vasco. Ni el hierro, ni el acero, ni la piedra, ni la madera, ni el bravo mar, son los elementos que mueven esta sociedad. El verdadero elemento que la rige es el PAN.

Creo que he comido mas pan esta semana que en los últimos cinco años.

Desde aquí un saludo especial a Raquel y su compañera del Bar Restaurante La Cepa del casco viejo de Donosti / San Sebastián, estas dos señoritas a parte de vivir el verano tras una barra, son el mejor ejemplo de cómo se puede organizar bien el trabajo sin desfallecer y ser a la vez simpáticas y agradables con los clientes. Si pasan por esta ciudad no olviden de hacerles una visita, en este agradable local de la calle 31 de Agosto he comido los mejores pinchos de mi vida. Y no se confundan, los realmente exquisitos los hacen al momento, calentitos, los de la barra son solo para la espera.

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8.06.2007

Ámsterdam una ciudad ociosa


Si algo transpira el ánimo de las gentes de esta ciudad, es su facultad para aprovechar el tiempo de ocio. Ya saben; el rendimiento del tiempo libre, organizarse para conseguir mas y mejor calidad de tiempo fuera de las obligaciones. Pero estar desocupado no es exactamente estar inactivo, esta el la ciudad de los patinadores, de los ciclistas y de los músicos de calle. Nunca he visto una ciudad con tantas librerías, hay 42 museos, 141 galerías, 40 cines, 1.400 cafés y bares para sus 1.100.000 habitantes.




Y así con la musiquita del piano de juguete de Martín, un checo que tocaba a las puertas del Rijksmuseum, me despido por unos días. La humedad aprieta aquí y el ruido del generador eléctrico no descansa nunca, voy en busca de otras luces y otras gentes, en breve les cuento.


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8.03.2007

Vincent y Ana.


La elección de Ámsterdam para el último viaje no fue muy premeditada, buscaba un sitio cómodo para pasear, donde no hubiera estado antes. El trabajo alimenticio terminó de repente y se me abalanzaron -una vez mas- las vacaciones. Una visita rápida a mi agencia de viajes preferida y en cinco días por allí estaba, de todas maneras hacía mucho que tenía una cita pendiente con Vincent y desde principios del 2006 con Ana.


Los dos encuentros fueron muy especiales, muy emotivos, intente que fueran el primer día nada mas llegar. El Van Gogh Museum esta muy cerca del hotel, así que tras dejar las maletas allí estaba yo, la mayor colección de obras de Vincent del mundo. Los girasoles (1889) nunca me han indeseado especialmente, pero su “Irises” (1890) me emocionan, esos lirios azules me ponen la piel de gallina. Y sobre todo sus autorretratos, -supongo que la mayor parte de mi obra fotográfica proviene de aquí-. Como colofón observar de cerca cada una de las pinceladas de “Campo de trigo con cuervos” (1890) es toda una lección magistral de vida.
Pequeña gran desilusión; el dormitorio de Arlés (1888) estaba retirado eventualmente.

Van Gogh Museum.


Leí el “Diario” de Ana Frank hace un par de años, cada día deseaba que llegara la noche para meterme en esa casa, con la familia y el resto de escondidos.
Tras visitar a Vincent caminé hasta Princengratht 263; Anne Frank Huis. Había una cola increíble, así que decidí volver otro día con mas tiempo.

Una hora exacta de cola hasta llegar a la entrada, es el museo mas visitado de la ciudad, en la espera me entraron algunas angustias y remordimientos, pero yo deseaba traspasar la entrada secreta de la casa de atrás, ver la habitación donde –como decía Paul Auster en uno de sus libros- “aquí había escrito Ana su diario”. El museo es simplemente perfecto, todo medido y cuidado hasta el último detalle, alejándose del típico trabajo “parque temático” del horror y sin entrar en sensiblerías ni golpes bajos. No hay muebles, no hay puesta en escena, las ventanas están cubiertas con telas que no dejan pasar completamente la luz para recordar como se vivía allí en la clandestinidad. Algunas vitrinas, algunos objetos, el primer diario de Ana, las fotos que colgó en la pared, los escalones gastados, el WC de cerámica decorada, el espejo del baño donde se reflejaban sus rostros cansados cada día.


El primer diario de Ana.

“La pequeña habitación de Margot y mía, sin nada en las paredes, tenía hasta ahora un aspecto bastante desolador. Gracias a papá, que ya antes había traído toda mi colección de tarjetas postales y mis fotos de estrellas de cine, puede decorar con ellas una pared entera, pegándolas con cola. Ha quedado muy, muy bonito”.
Ana Frank, 11 de julio de 1942.

Entrada secreta a la casa de atrás.
Fotografías tomadas de postales del Anne Frank Huis.


Y por supuesto una gran librería donde se vende un único libro, eso si, en casi todos los idiomas del mundo.
En la cafetería había una curiosa exposición de la fotógrafa holandesa Rineke Dijkstra -en esta ciudad hay exposiciones de fotografía por todas partes- Rineke se dedicó a visitar escuelas de diversas ciudades, haciendo retratos de muchachas de la misma edad que Ana al morir; Tel Avid, Pisa, Milán, Berlín y Barcelona. Casi todas reconocibles, especialmente las catalanas; una de la chicas lleva una camiseta con el texto; “La inteligencia me persigue pero yo soy mas rápido”.


http://www.youtube.com/watch?v=L1FdVTA8dvw (5.21)

Anne Frank nació en 1929, el mismo año que mi madre.
Si ambas vivieran tendrían ahora 78 años.

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8.02.2007

La ciudad de las bicicletas


Les conté antes de partir al norte, que era un viaje doble, ¿recuerdan? Pues antes de que el avión aterrizara ya había terminado de leer “El corazón de las tinieblas” de Conrad, y como me sucede siempre tras una obra enorme como esta, -a pesar de sus ciento y pocas páginas-, tengo que esperar unos días para poder meterme en otro libro, como si el cerebro tuviera de “renderizar” todo eso lentamente. Previsor me llevé un segundo librito mas ligero; “Historias de Piratas” de Daniel Defoe, pero eso ya lo contaré mas adelante.
Por cierto lo primero que hice al llegar a casa fue ir al video club a alquilar “Apocalypse Now REDUX”; esta última versión aún no la había visto. Así que después de Conrad se me apareció el trabajo de Coppola como simplemente genial, en cuanto tiene del libro y todo lo suyo propio.

¿Les suena? "Charlie don´t surf", (Charlie no hace surf).


El parking de la estación.

Si hay algo que caracteriza la ciudad de Ámsterdam son sus bicicletas, las hay a miles, unas 400.000 exactamente.
En el centro apenas hay tráfico y muy pocas motos, la mayoría de los motoristas van sin casco y los tranvías son cómodos y muy rápidos. Revisando el material fotográfico, es difícil encontrar fotos en las que no aparezca alguna, no es de extrañar que el problema principal sea aparcarlas y luego localizarlas, así sus dueños han aprendido a “tunearlas” convenientemente para poder distinguirlas, las hay de muy curiosas, de todo tipo, forma y color.


Frente al cine Tuschinski.

Encontré diversos establecimientos para que los visitantes las puedan alquilar -no hay que olvidar que la población de Ámsterdam es de 1.100.000 habitantes de 125 nacionalidades diferentes, pero tiene “6.650.000 visitantes al día y 3.800.000 noches de hotel por año de turistas extranjeros” -este dato me hace mucha gracia-.




Así encontré bicis de uno, de dos –los clásicos tandem- y hasta de seis y ocho personas, estas dos últimas toda una fiesta colectiva, la primera tenía sus dificultades para poner de acuerdo a todos los pilotos en las curvas, y la segunda era mas bien una barra ambulante, donde sus tripulantes pedaleaban mientras se ponían cerveza de la espina, en la barra conectada a un barril de fresca cerveza.

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