POSTALER 41

Il Cratere del Vesuvio dopo l´Eruzione
Aprile 1906.

El tema Vesubio-Pompeya me apasiona pero lo tenemos que dejar aquí, hemos de proseguir viaje, para terminar solo decir que la ciudad de Pompeya quedó enterrada bajo dos metros de ceniza y lapilli, seguida de dos nubes plinianas y una gran nube ardiente.
En total unos cinco metros.

Nos dirigimos hacia el otro lado de la bahía, allí hace meses que hay una fuerte actividad volcánica, y no me refiero al vecino Etna que haciendo honor al apelativo de volcán mas activo de Europa estos días vuelve a emitir lavas y explosiones de humo y cenizas.

Pero no podemos despedir esta hermosa ciudad, sin una canción en su propio idioma, Renato Carosone pone la banda sonora al abandonar Nápoles.

“O suspiro”. Renato Carosone.

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• “Diodoro Sículo (c. 90–30 adC), otro historiador griego, relató en el Libro IV 21.5 de su Biblioteca Histórica que la llanura de Cimea (de Cime, Cumas, la llanura Cumana), en la costa de Campania , era conocida como llanura Flegrea (Phlegraei Campi según los romanos; flameante, ardiente, son los significados en griego) debido a una colina, el Vesubio, que había vomitado un fuego terrible, casi como el Etna y que quedaban señales del fuego que había ardido en los tiempos antiguos. El llano de Flegra (Phlégra) según la mitología griega, y según algunas fuentes, fue uno de los escenarios de la batalla de Heracles y los Gigantes”.

Efectivamente, nos dirigimos a los Campos Flamígeros, (Campi Flegrei), pero antes hemos de detenernos en la ciudad de Pozzuoli porque en ella podemos apreciar lo que realmente pasa en esta región. El Templo de Serapio fue la clave.

Tempio di Serapide.

POSTALER 40

Il Vesubio in eruzione

Napoli. Vesuvio in eruzione 1944 e panorama.

El Vesubio como montaña empezó a formarse hace 25.000 años, aunque la actividad volcánica de la zona se remonta a 400.000.

El Monte Somma fue creado hace 18.300 años en una erupción de Pumita Básica. Hubieron tremendas erupciones hace 16.000, 11.000, 8000 y 3.800 años.
La del año 79 fue catastrófica para los habitantes de Pompei y Erculano, pero no la peor. Otras importantes fueron en 1834 y 1999 cuando un terremoto sacudió la zona con rabia.

Por alguna razón el estilo de erupción cambió hace 19.000 años, de un tipo de erupción estromboliano –rocas y lavas lanzadas al aire con violencia- dio paso al estilo peleano, como la erupción de las postales en los años cuarenta. Una colada piroclástica de tipo pliniano lanza a kilómetros de altura gases ardientes y muy tóxicos, como los que asfixiaron a los habitantes de Pompeya y Herculano el fatídico mes de agosto. En algunos calcos de las victimas se puede apreciar que se tapan la boca y los ojos con pañuelos.

POSTALER 39

Napoli. Vesuvio.
Veduta aerea.

Contemplando el gran orificio actual del cráter del Vesubio, no dejo de pensar que cuando el Monte Somma era imperceptible y la cima un espacio llano donde los viñedos, los olivos y los pinos crecían por la ladera y campos fértiles abastecían a las poblaciones cercanas, el gladiador Espartaco montó aquí mismo un campamento para su ejercito en el año 73 adC, seis años antes de la gran erupción que sepultó Pompeya y Herculano.

NAPOLI.
Il cratere del Vesuvio e il Monte Somma.

Por cierto 2.000 años antes de la erupción de Pompeya, la lava ya sepultó varios poblados de la edad de bronce encontrados en las excavaciones del 2001 y 2006.

En esta segunda postal se ven los postes y la caseta del famoso funicular. ¿Recuerdan aquella canción napolitana tan famosa “Funiculí funiculá” compuesta por Luigi Denza y popularizada por Mario Lanza? Pues estaba dedicada a la inauguración del primer funicular que ascendía al Vesubio.

Aquí tenéis el actual cráter. Impresionante. Laderas de cárcavas y dunas de ceniza y finas lavas que descienden hasta el fondo, alguna que otra fumarola humeante que nos recuerda que sigue activo. En su perfil podemos distinguir claramente la diversidad de coladas en sus respectivos estratos de colores diversos; rojos, ocres, sienas, amarillos. Una vez mas la contemplación de la pura naturaleza nos hace sentir, pequeños e indefensos.

Si alguno quiere comprobar la diferencia entre la actual montaña y la que gozaban los pompeyanos hasta aquel fatídico 24 de agosto del año 79, vean el fresco encontrado en la Casa del Centenario “Baco y Vesubio”.

POSTALER 38

Saluti dal Vesuvio

Napoli.
Gran cono del Vesuvio e Monte Somma.

“ Zeus era también conocido como Ves, dios de la lluvia y el rocío. De esta manera Hércules fue alternativamente conocido como vesouvios;
“Hijo de Ves”. El nombre se corrompió después y se adaptó al latín; vesuvius. “

El Vesubio desde las inmediaciones de Pompeya.

Visitada Erculano hay que dirigirse al gran cono, situado a 12 kilómetros de Nápoles y a 10 de Pompeya.

En la postal apreciamos la tortuosa carretera que sube al pie del cráter, a su izquierda una de las últimas coladas de lava, recubierta de los clásicos líquenes que la tiñen de gris oscuro. Sobre ella el Monte Somma unas antigua caldera que nos hace ver las proporciones del primitivo gran cráter en otras épocas.

La segunda vez que visité esta ciudad, hice mi primera ascensión. Llegué de noche en mi coche casi a la cumbre, intentamos dormir un poco hasta que amaneciera, pero pasamos la noche entre ruidos de perros que lamían latas en los cubos de basura y la llegada intermintente de varias furgonetas también muy madrugadoras. Ni que decir tiene que los italianos han confeccionado una cómoda escalera y un camino que lo circunda, previo paso por una taquilla que lo cierra, con su bar y su imprescindible tienda de souvenirs, en esa ocasión fueron 1000 liras traspasar la verja.

El interior del cráter.

POSTALER 37

Napoli. Panorama da Villanova.

Cuentan que Ulises a su paso por la isla de Capri –otra isla volcánica-,
“se tapó los oídos para resistir la tentación de las sirenas, pero no se vendó los ojos para poder ver el espectáculo natural del golfo de Nápoles”.

Nuestra nave ha recalado en el puerto de Napoli para contemplar con tranquilidad su golfo y el perfil de sus volcanes. Hay que descender sin pausa pero sin prisa. La Campania nos espera. Nápoles con su tráfico ruidoso de bocinas que no cesan, sus motos con dos, tres, o cuatro pasajeros mas el equipaje. Ciudad de empinadas escaleras, viejos adoquines y calles estrechas, de ciudadanos amables de sonrisa fácil que no pueden hablar sin llamar la atención y gesticular efusivamente. Bajo la sombra de la Camorra tras los porticones hay que salir a probar sus pizzas sin mas dilación.

Da Manfred.

Y como nuestro destino es el punto mas álgido de la bahía, en el camino hay que hacer un alto en una ciudad cercana, pero no en la actual, sino en lo que hay a sus pies, en parte arrancada trabajosamente de la dura lava. La ciudad de Erculano que al contrario de Pompeia –de la que ya hablamos en otra ocasión- no fue cubierta de ceniza, sino de coladas viscosas, la construcción de la nueva ciudad en el mismo punto, hace imposible su completa restauración sin derribar nada.

Erculano.

Adio Eolie!

Dejamos atrás las sulfúreas emanaciones.

Bueno, bueno veo de nuevo nerviosismo en la tripulación, relax por favor!, son los turistas los que siempre tienen prisa que han de “fichar”; localizar lugar-foto-tachar lugar, al siguiente ar!.

Nosotros somos viajeros, no tenemos prisa por volver, si hay que subir a un volcán; se sube. Si hay que bañarse en un lodo oloroso; se baña. Si hay que secarse en una fumarola de gases calientes; se seca. Y si hay que enjuagarse en una playa a momentos abrasadora; uno se baña.

Ahora es momento de partir, dejamos atrás las verdes y escarpadas montañas de las Eolie y navegamos por un mar Tirreno de aguas azules y olas mansas. El cielo resplandeciente, frente a la proa las costas de Calabria, a nuestra derecha la costa de Sicilia, con sus templos griegos y sus ciudades barrocas, el perfil del Etna se aprecia a lo lejos. Pero ese es otro viaje para otra ocasión, nuestra nave se dirige a la península, hemos oído que por allí hay nueva actividad volcánica, viramos hacia el norte.

El puerto de Napoli y al fondo il Vesuvio.

POSTALER 36

EOLIE. Isola di Vulcano.
La fossa craterica.

La postal aérea del cráter principal de Vulcano nos da una perspectiva nítida del camino de ascenso. En la parte inferior se ve claramente el torrente de lodo , y de color mas claro el caminito que bordea todo el cráter, la parte del retrato del “bandolero” mas amarillo, donde hay mas cantidad de emanaciones y condensación de azufre y el recorrido panorámico.

Fumarolas en el interior del cráter.

Damos un último vistazo a las sulfataras del interior del cráter, la vista desde aquí es magnífica, Lipari y Salina a tiro de piedra y en el horizonte el claro triangulo de Stromboli, descendemos, cerca del puerto nos espera una agradable sorpresa.

Il laguetto con fanghi ed acque sulfuree.

La isla está repleta de orificios por donde surgen vapores calientes, no todos precipitan azufre, en el parking junto al Porto Ponente por ejemplo, hay unos cuantos que los coches tienen que sortear. Las propiedades terapéuticas de estas fuentes termales son utilizadas desde la era micénica, a cincuenta metros de la orilla del mar encontramos un gran charco de lodo gris -il laguetto-, el ritual es permanecer en el agua no demasiado tiempo, los suficiente para rebozarse y relajarse.

La segunda parte está en un promontorio contiguo, allí sentados sobre alguna de las numerosas tablas de madera depositadas en el suelo, escogeremos un agujero propicio para que la emanación de vapores seque nuestro cuerpo.

Al fondo el monte del Vulcanello.

La tercera parte del ritual es clara; hay que dirigirse a la playa a desprenderse del maquillaje, ni que decir tiene que en el agua del mar también hay orificios donde surge el gas caliente, así podemos realizar un yakuzzi marino de agua salada, en algunos partes demasiado caliente y han sido delimitados con rocas para que ningún bañista se abrase. Tengo muy buen recuerdo de esa playa y de esos súbitos cambios de temperatura del agua.

Vulcano

El cráter desde el puerto.

Nuestra nave parte de la plácida Lípari, la mayor de las Isla Eolias, -durante siglos importante centro de extracción de obsidiana, el famoso mineral volcánico-. Nos dirigimos a la próxima isla, visible a ojo desnudo, la mas septentrional, en unos minutos arribamos al puerto de Vulcano.

El color de la lava es aquí muy diferente, tiene aspecto de lodo arcilloso; rosas, amarillos y ocres nos rodean. Su enorme cráter principal tiene casi cuatrocientos metros de altitud, un paseo comparado con la ascensión al Stromboli, el desnivel escaso.
Lo habitual es alquilar un motorino para circular por la isla, nosotros disfrutaremos del paisaje haciendo el trayecto a pié. Primero siguiendo la carretera que lleva al otro lado de la isla y después tomando los caminos que siguen a las coladas de lodo petrificado. En caso de lluvia puede ser peligroso, porque la fragilidad de los materiales produce torrentes y desprendimientos, pero un día soleado como hoy es una auténtica maravilla.

El camino al cráter.

El gran cráter de Vulcano.

Llegamos sin dificultad a la cima, un caminito producido por las continuas ascensiones bordea todo el cráter, este a diferencia del Stromboli, es un cráter enorme, -en realidad dos maclados-, y según los expertos “el volcán históricamente mas activo y potencialmente mas peligroso del archipiélago”. Su última gran erupción fue en 1968, dejando un paisaje lunar al oeste de la isla denominado ahora “el valle de los Monstruos”.
Pero no teman, una erupción así no es de un momento a otro, unos doscientos temblores al día anuncian tamaño suceso.

Una bomba volcánica.

En la cima encontramos infinidad de fumarolas humeantes que producen ese olor que tanto me gusta a azufre, -a “huevos podridos” lo definen algunos-, yo no lavé esa camiseta en semanas para conservarlo. El anhídrido sulfúrico puede ser peligroso si se respira mas de una hora, pero vale la pena hacer todo el recorrido, cuando sale de los orificios no es visible hasta que se condensa y luego recubre las piedras y las abundantes bombas volcánicas del típico color amarillo del azufre, atención no sentarse sin mirar debajo y por favor no hagan como yo que subí con sandalias. Cosas de la improvisación.

(continuará)

Eolo

Fue nuestro Postaler 6, la mejor manera de divisar el recorrido hasta el volcán.

Si alguno busca una isla para perderse, no lo dude, es esta.

Eolo es por supuesto el díos de los vientos, …“nieto de Hépotas, habitaba en la región central de las islas Eolias, tenía encadenados a los vientos en un antro profundo, gobernándolos con absoluto dominio. Sentado sobre la montaña mas alta –dice un poeta- calma su furor, los detiene en su prisión o los pone libertad. Si por un solo momento se descuidara de vigilarlos, el cielo, la tierra y el mar sufrirían grandes trastornos y todos los elementos chocarían en confusión”. (1).-

I barboni arriando amarras.

Como hizo Ulises nos encomendamos a Eolo y partimos hacia las próximas islas.

Las Eólie son siete islas y algunos islotes. Stromboli, Panarea, Salina, Lipari y las dos mas alejadas y casi desabitadas; Filicudi y Alicudi. Todas por supuesto de origen volcánico.

El puerto de Panarea.

El puerto de Lipari.

Nuestra nave parte a la mañana del pequeño puerto de Stromboli, y pasamos velozmente por el cercano puerto de Panarea, descienden algunos pasajeros, aquí el autobús es esto y proseguimos hasta Lípari, en la capital ya hay bancos, podemos comprar productos de primera necesidad o ricas viandas como “pomodori secchi”; esos deliciosos tomates secados al sol, adobados con sal, aceite y basilico, ajo, menta y alcaparras. Podemos visitar su fortaleza o disfrutar de sus playas blancas y sus montañas de piedra pómez.

Un plano para que no se pierdan.

(1) .- “Mitología griega y romana”. J. Humbert.

Lo Stromboli

El sendero desde el observatorio.

La único que no debe dejar de hacer si visita esta isla, es la excursión al volcán. No es sencillo, son unas tres o cuatro horas de pendiente pronunciada, el mejor momento es la tarde, después de la digestión. Un camino que parte de San Vincenzo a San Bartolo, -esta isla es muy curiosa, tiene dos bares y dos iglesias, no hay casi tiendas y no hay ningún banco, ni siquiera un cajero automático, su medio centenar de habitantes fijos no lo necesitan-.

Al inicio del camino encontramos un cartel que reza. “El mas bello tramonto del mundo”, un sendero empedrado de roca lávica y rodeado de cañas nos lleva hasta el observatorio meteorológico, allí empieza la subida dura.

San Bartolo se pierde de vista, al fondo Strombolicchio.

Nos detenemos en Filo del Fuoco al pie de un acantilado donde se puede ver claramente la Sciara del Fuoco, el torrente de casi mil metros de desnivel, donde caen los desprendimientos del volcán al mar. El sirocco arrastra el polvo hasta la superficie del agua dibujando olas de humo y ceniza.

A ratos podemos ver alguna explosión de humo y ceniza.

Proseguimos cada vez con una pendiente mas pronunciada, el sudor nos empapa y se empieza a sentir un fuerte olor a azufre. La noche cae hay que empezar a abrigarse un poco.

“El mas bello tramonto del mundo” tras el humo y la ceniza.

Tomamos posiciones en un plano sobre el cráter, junto los aparatos de control de humos y la webcam que monitoriza las erupciones veinticuatro horas al día.

Tomando posiciones, Zaza otro de los guías –no confundir con Sasa-
y el perro que sube casi cada día.

Agarraos fuerte porque la cosa va en serio, con la oscuridad la visión toma otro aspecto.

Cada veinte minutos por una de sus tres bocas.
El sonido pone los bellos de punta.

Isole Eolie

Ummmmh! Veo impaciencia entre los pasajeros! Me alegro, pero no tengáis prisa, en los próximos días sucederán ante vuestros ojos toda clase de prodigios. Y recordar que lo importante no es llegar a Ítaca, lo importante es disfrutar el recorrido.

Nuestra nave se aproxima ahora a otro archipiélago extraordinario; las islas Eolias o Lípari.

La isla mas cercana al continente Stromboli, aparece ante nuestros ojos a la luz del alba, mientras la luna sigue creciendo en lo alto. Un gigante negro de un kilómetro de alto que emerge del fondo del mar como un iceberg. En primer termino Strombolicchio un pequeño islote donde está situado el faro.

Nos encontramos en el ombligo del Mediterráneo, Stromboli es la isla de la paz y la tranquilidad, -todo el año menos en agosto por supuesto-, playas de tierra negra, higos y “caperi” salvajes –alcaparras- y como me comentó el napolitano Sasa (Salvatore) uno de los guías del volcán, en uno de los dos bares –el “Ingrid” junto a la plaza de la iglesia- cuando le pregunté que se podía hacer en esta isla, “Non ce niente a fare”. (Nada que hacer). Bueno en realidad se pueden hacer muchas cosas relacionadas con el relax y hay un par de playas y un volcán.

La arquitectura pompeyana característica de la isla.

No hay carreteras, y por supuesto no hay tráfico. Dos poblaciones; San Vincenzo la capital y Ginostra, entre ellas el cono de un volcán, solo accesibles una a la otra por mar o ascendiendo un sendero hasta el cráter y volviendo a descender. En este marco incomparable rodó Roberto Rossellini en 1949 “Stromboli, terra di Dio” con Mario Vitale e Ingrid Bergman, por supuesto el nombre del bar de la plaza es en su honor.

En San Vincenzo hay calas tan impresionantes como esta.

Y recuerden si hoy es día 5 de noviembre toca luna llena.

Sasa me comentó que los días de luna llena el volcán se siente especialmente inspirado con magníficas explosiones y columnas de lava bellísimas de varios cientos de metros de alto.

Isola d´Elba

Nuestra nave se adentra en el Mar Tirreno. La Toscana –la provincia de Livorno- a nuestra izquierda y las islas de Córcega y Cerdeña a la derecha. Pero este no es el destino de nuestro viaje, sino los lugares pequeños, tranquilos y agradables.

Ante nuestros ojos aparece la Isla de Elba, solo a 20 kilómetros de Piombino puerto toscano donde parten los ferrys, en verano sus 223 km cuadrados pueden soportar hasta casi veinticinco mil habitantes, pero es esta época es un lugar muy agradable, solitario, con sol, buenas temperaturas, playas de arena muy blanca, aguas azules casi verdosas, y unos fantásticos bosques de castaños en el interior, verde y frondoso con pueblecitos de montaña acogedores.

Pero antes de llegar hay que disfrutar del paisaje, el Archipiélago Toscano consta de seis islas pequeñas; Pianosa, Capraia, Montecristo, Giglio y Giannutri.
Y estas aguas bañan el parque Nazionale Della Archipelago Toscano donde está el Santuario internazionale dei Cetacei, el mayor santuario de cetáceos de Europa.

Elba es famosa en los libros de historia por el exilio de Napoleón, desde el buque podemos divisar la Forteza Napoleonica en Portoferraio. El nombre de esta ciudad nos da la clave de su riqueza pasada, conocida por etruscos y romanos; el mineral de hierro y la pirita. Las abundantes puntas de flecha perdidas en cada batalla, hacían que fuera un lugar muy importante para las legiones romanas. Visitar sus minas hoy y los restos de la explotación es muy interesante, el agua de los charcos tiene un color muy especial.
Pasaremos velozmente por Porto Azzurro, Rio Marina y también por Capoliveri, aprovechen el viaje y no olviden degustar su famoso vino blanco dulce, muy apreciado para los postres; el “Aleatico”.

Paolo Conte. Onda su onda.

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Estas aguas y el rizo de sus olas llevan para mi las notas de su piano. La historia de la canción es muy interesante se las cuento luego.