Reciclando. Estambul puzzle.

A veces nos parece que la idea de “reciclar” y de ahorro de recursos, sea algo moderno, algo contemporáneo, nada mas alejado de la realidad, ya que seguro el hombre ha reciclado bajo la ley del mínimo esfuerzo, desde que se puso a construir ciudades. Todas las ciudades son como cebollas ya saben, capa sobre capa, en ocasiones se superponen de manera temporal y en otras las mezclas son singulares y variopintas. Estambul es un buen ejemplo de ello, dado su carácter estratégico y sus importancia a través de la historia.

Cisterna de la Basílica. Yerebatan Sarayi.

En el centro, en Sultanahmet, solo caminando unos minutos, tenemos diversos ejemplos de ello. El primer lugar que visité mi primera mañana en la ciudad, fue la cisterna de la Basílica, esta enorme cisterna subterránea fue construida en época de Justiniano, -al menos la bóveda- en el año 532, recogía el agua del acueducto de Valens para abastecer al Gran Palacio. Lo curioso es que los otomanos pasaron mas de un siglo, después de la conquista de la ciudad, sin saber de su existencia. Se descubrió al comprobar que muchos ciudadanos sacaba agua, e incluso con peces, de los sótanos. Por supuesto la mayoría de las 336 columnas de mas de ocho metros de altura, provienen de otros palacios ya desaparecidos, hay una muy especial idéntica a las del Foro de Teodosio. Al final del corto recorrido actual -solo se puede visitar un tercio, el resto fue tapiado en el siglo XIX- hay un par de columnas que descansan sobre sendas cabezas de medusa, las historias que se cuentan son variadas y curiosas, que si medusa está cabeza a bajo porque significa tal o cual cosa, o que el conjunto es un altar a las ninfas del agua, tal vez, pero encontré una cabeza similar en el patio del Museo Arqueológico sin ninguna indicación, esta vez en posición correcta.

Las cabezas de Medusa.

Museo Arqueológico.

Justo al lado de la cisterna, en la parte superior, se encuentran los restos del antiguo hipódromo que formaba parte del complejo del Gran Palacio. El gigantesco estadio fue el corazón de la ciudad bizantina de Constantinopla durante 1.000 años, construido por Septimino Severo -siglo III- el emperador Constantino lo amplió, tenía aforo para 100.000 espectadores. Hoy día podemos ver el perímetro por donde corrían los caballos que es un paseo, muchas las piedras de las gradas sirvieron para construir la mezquita Azul, Sutan Ahmet, también queda alguno de los arcos en un extremo y en el interior del jardín tres piezas curiosas que adornaban la espina -la línea central por la cual giraban las cuadrigas-,

El obelisco egipcio, traído a la ciudad como botín de guerra por Constantino desde Luxor. Es por tanto el monumento mas antiguo de la ciudad -construido en el 1.500 a.C- aunque solo es una tercera parte del original, vaya usted a saber donde andan las otras dos partes.

La columna Serpentina -479 a.C- se trajo desde Delfos y fue mutilada por un borracho en el siglo XVIII, que rompió las cabezas de las serpientes una noche loca.
La tercera pieza es otro obelisco de fecha desconocida que suelen llamar columna de Constantino, está en muy mal estado, despojada del bronce que la cubría para acuñar monedas, era utilizada por los jenízaros para sus juegos, se subían a ella para demostrar sus habilidades y su valor.
Hay otra pieza singular que se conserva del Hipódromo, pero para verla hay que desplazarse hasta Italia, en la fachada de la catedral de San Marcos hay cuatro caballos de bronce tomados como botín durante la cuarta cruzada y que Dandolo llevó a Venecia, bueno en la fachada ahora hay cuatro réplicas, los auténticos se pueden visitar en el interior.

Obelisco egipcio.

Base de la columna de Constantino.