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Lugar de encuentro. En un mundo donde cada vez hay mas pasajeros y menos viajeros. Todas las fotografías de este blog pertenecen a su autor, menos aquellas que así lo indican.

10.05.2009

Orient-Express. De París a Estambul.


…”La aventura que voy a relatarles punto por punto se parece bastante al sueño de un hombre despierto. Todavía estoy aturdido y embelesado a un tiempo, y el suave trepidar del coche cama seguirá vibrando, probablemente hasta mañana, en mi columna vertebral. Hace exactamente trece días que abandoné las orillas del Oise para tomar el tren rápido a Oriente en la estación de Estrasburgo; en esos trece días, es decir, menos tiempo del que necesitaría Madame de Sévigné para ir de París a Grignan, fui hasta Constantinopla, me paseé, me instruí y me divertí, y regresé sin sentir fatiga alguna, dispuesto a partir mañana de nuevo, por el mismo medio, hacia Madrid o San Petersburgo. Y adviertan que hicimos una parada de veinticuatro horas en esa Francia oriental a la que llaman Rumania, que acudí a la inauguración de un palacio de verano en los Cárpatos, que tomé el té con un rey y una reina, y asistí a un banquete suntuoso en casa del Bignon de Bucarest. Se dice, con razón, que nuestro tiempo es fértil en milagros. No he visto nada más sorprendente que esta odisea cuyo polvo cubre aún mi sombrero. “…

De Pontoise a Estambul, 1884.
Parodia de la célebre obra de Chatobriand, Itinéraire de Paris à Jerusalem.


Edmond About (1828 Dieze -1885 Paris). Escritor irónico y cáustico, periodista sagaz -que fundó su propio diario Le XIXe Siècle-, de pluma repleta de humor y rodeado siempre de polémica, demócrata anticlerical, fue uno de los invitados al viaje inaugural del Orient-Express en 1883, a pesar de que la línea aun no estaba terminada y una parte se realizase navegando por el Danubio y luego por el mar Muerto.
Otro de los grandes personajes retratados por Nadar y que descansa en el famoso cementerio parisino Père Lachaise, con gran escultura de Gustave Crauk.

Ahora recuerden que estamos en el siglo XIX, la higiene personal aún era una utopía y los viajeros tenían como referencia las pesadas diligencias que saltaban por los polvorientos y pedregosos caminos, o los trenes locales con vagones de ocho plazas donde, como dice About, cabían muy mal cuatro personas. En los formidables y flamantes coches cama del Orient-Express se cambiaba la ropa cada día, y las sábanas hacían un agradable olor a detergente. Se disponía de dos aseos para cada veinte personas, vagones iluminados a gas, aireados y un restaurante donde se ofrecía a diario, los majares y caldos de los países que atravesaban, en ocasiones una orquestales esperaba en una de las estaciones y subiendo al tren proseguían la fiesta.

La estación de Sirkeci diseñada por el arquitecto alemán Jasmund.

Mi contacto con la estación fue el primer día, un minibus nos fue distribuyendo por los diferentes hoteles desde el aeropuerto, en una de las paradas, mi hotel era el último del recorrido, paramos junto un pequeño quiosco de comida, el conductor estaba hambriento y yo también, mientras esperábamos a la guía, nos comimos unas deliciosas salchichas picantes, con la boca llena, el conductor me dijo algo de lo que solo entendí “Orient-Express” y me señaló una vieja y destartalada estación de trenes.

Por supuesto volví al día siguiente. Había un tren a punto de partir, la entrada poco recordaba el esplendor de antaño, un restaurante de lujo llamado Orient-Express, grandes habitaciones vacías y por fín para mi sorpresa, un pequeño museo.
Un señor leía solitario el periódico en una mesa de despacho, supongo que como el resto de objetos de la sala, reliquias del famoso tren. Fotografías, recortes de periódicos, uniformes, viejos faroles, campanas, relojes, tornillos, maquetas, máquinas de escribir de inusitadas proporciones, sellos, tampones... Di dos o tres vueltas a aquel santuario, tomé varias fotos y saludé de nuevo al señor del periódico que iba ya por la página de los deportes.

El pequeño museo de la estación.


Tanto la estación de Sirkeci (1890) como el hotel Pera Palas fueron construidos especialmente para recibir a los pasajeros del Orient-Express. La línea funcionó bastante mal pasada la guerra fría, solo dos veces a la semana sin siquiera coche restaurante, hasta 1977 cuando hizo su último viaje.

Antes de mi llegada pensaba que había tenido la gran suerte de alojarme en el hotel Pera Palas, (ingenuo de mi), luego resultó que estaba justo en frente y que se llamaban Pera por lo menos cuatro hoteles de la zona. El Palas está cerrado hasta el próximo verano, una reestructuración completa lo ha desmontado por completo, tendremos que esperar una nueva ocasión para poder tomar un combinado en su lujoso bar Grand Orient y pensar que en ese mismo lugar pernoctaron Mata Hari, Greta Garbo, Jackie Onassis, Sarah Bernardt, Josefine Baker o Agatha Christie, hasta incluso se podía visitar su habitación que seguía igual que entonces.

Hotel Pera Palas.

Botellón en Beyoglu al atardecer, a la derecha la manzana del Pera Palas.


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8 Comments:

  • At 18:21, Blogger WODEHOUSE said…

    Parece totalmente un sueño, una nebulosa bellisima tal y como lo cuenta. Qué sensación ser transportado de golpe a esos primeros años del IXI que tanto me interesan con la revolución industrial, la arquitectura del hierro, la máquina de vapor, las fábricas, el comienzo de la era industrial contrastando con esa influencia tan fuerte de oriente, la epoca colonial, los productos que llegaban de oriente...

     
  • At 11:06, Blogger nancicomansi said…

    ¿Aquí también hacen botellones?
    FFFXXXSSGGGG...bueno, me callo, que luego me riñe por cascarrabias que no entiende a la juventud...

    El orient-expres...así SI viajaba yo, y con media docena de "poeteadores" que llevaran mis maletas repletas de boas de marabú.
    Como insinúa Wod, o así lo entendí yo, debía parecerse a viajar encima de una nube...

     
  • At 13:50, Blogger MeTis said…

    me esperaba una excursion a estambul parecia a mi viaje a Tunez (tunicas, especies, camellos..), pero ingenua de mí , a veces me olvido que usted es un viajero y no un turista como yo.

    sabe porque no resultó la linea del orient? caro? instruyame ande.

    un peto.

     
  • At 16:32, Blogger xnem said…

    No lo sé exactamente señorita metis, el Orient-Express me da la impresión que fue un farol que coló el Imperio Otomano en sus años de declive. Intentar retomar el gran esplendor de otras épocas. Caro lo sería por supuesto, los costes tal vez no tanto en la época inaugural pero mantener eso a través del tiempo si, los millonarios son muy caprichosos y cuando aparece una cosa les deja de interesar otra. Ahora un avión llega en tres horas desde aquí y un viaje así se transforma en un capricho

    Por supuesto señorita nanci cosas de la globalización, hay botellones en Estambul. Aunque solo vi ese, y la verdad el lugar era feo, un parking elevado con una terraza al fondo, pero desde allí se puede ver la puesta de sol mas allá del Cuerno de Oro, que es lo que fui a hacer yo cuando los encontré.

    Wod realmente encontré muchas cosas que no esperaba, cantidad y calidad -a pesar de su estado actual- de edificios y construcciones art nouveau.

     
  • At 13:03, Blogger Margot said…

    Aquí, en Delicias, también hay un pequeño museo del ferrocarril por el que de vez en cuando me pierdo para tocar sus máquinas. Y el vermut allí en una delicia, valga la redundancia, jeje... en un viejo vagón en el que casi siempre hay un guapo camarero... lo harán adrede?

    Mañana parto de viaje, le mandaré mensaje desde allí (eso espero, ejem, ya sabes... jajaja).

    Besos de la repera eres.

     
  • At 15:04, Blogger TORO SALVAJE said…

    Definitivamente ya no iré a Estámbul, no vería tantas cosas y tan bien como aquí.

    Saludos.

     
  • At 23:29, Blogger amelche said…

    ¿Qué quiere que le diga? El AVE irá más rápido, pero la magia se pierde. Y estas cosas me recuerdan a mi abuelo, que trabajó en la RENFE.

     
  • At 13:27, Anonymous carnet de manipulador de alimentos said…

    mu guapo... conocéis el cementerio de trenes de uyuni en Bolivia? muy recomendable..
    Un saludo para el blog!

     

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