Las Bardernas Reales. DEAD CAN DANCE.

Hoy comenzamos una nueva serie que iremos desgranando sin prisa, a su tiempo. Se trata de aunar dos de mis pasiones; viajar y la música. La excusa es recordar determinados momentos vividos en algún viaje y la banda sonora que lo acompañaba.

Era el verano del 95, estaba realizando un curso fotográfico en Tarazona Foto, el desaparecido festival que tenía lugar en la ciudad mudéjar de Tarazona, en la provincia de Zaragoza, muy cerca del Moncayo. Alguien propuso que un lugar especial para realizar una interesante sesión fotográfica sería llegar hasta la zona desértica de las Bardenas Reales, en la provincia de Navarra pero fronterizo con nuestra situación. Había dos cursillos distintos en aquel momento y todos partimos antes del amanecer para llegar a la salida del sol y aprovechar esa luz característica. No recuerdo de cuantos automóviles constaba el team, pero por diversas e inexplicables razones solo llegamos dos; mi coche con la profesora y los dos modelos; una chica y un chico, y diversos participantes del otro grupo, modelos, maquilladoras… la mayoría de los compañeros se perdieron por el camino.

La imagen es la siguiente;.
Noche cerrada, solo es posible ver hasta donde iluminan los faros del vehículo, estamos en la cuneta esperando a los rezagados del grupo, nadie nos adelanta, nadie mas circula a esas horas por la carretera secundaria, aunque no lo podemos ver alrededor no hay apenas nada, solo tierra polvorienta y una acequia junto al arcén. Los faros nos muestran una gran nube de peligrosos mosquitos.

Nadie nos sigue, decidimos continuar en solitario. En el radio cassette de mi querido Opel Kadet suena una música que ha traído la profesora, no conocía el grupo hasta la fecha, el disco es “Toward The Withim” de DEAD CAN DANCE, registrado en directo En el Teatro Mayfair de Santa Mónica, California. La melodiosa voz de Lisa Gerard y la potencia de la de Brendan Perry van llenando el interior del coche mientras la línea discontinua pasa antes nuestros ojos, el sol empieza a parecer a nuestra espalda y se deja ver por el retrovisor. Van sonando temas tan sublimes como “Rakim” que lo encabeza, la sutilidad de “Cantara” o las percusiones de “Omán”. Para adobar el pastel incluye una canción titulada “Desert Song”. Y por su puesto la grandiosidad de “YULUNGA (spirit dance)”. La música de Dead Can Dance es un pequeño gran viaje por todo el globo terráqueo y su historia.

Las Bardenas Reales.

Dead Can Dance. “Yulunga”. (6,54)