Haro. El Regreso 2.

Y después de comer ligero en Salamanca, a la hora que empezaban los toros, parto rumbo norte. Bello día soleado, al caer la noche, justo en el punto donde la autopista vira hacia el Mediterráneo, parada en Haro, capital de la Rioja Alta.
Nunca había hecho noche aquí, Haro siempre fue para mi el lugar especial para detenerse a comer camino a Palencia o Galicia, viajes laborales del que recuerdo especialmente una vez, que después de una buena comilona regada con los vinos de la región, en vez de tomar la dirección de Burgos fuimos a parar al mismísimo peaje de entrada a Bilbao.

Fiesta en la Plaza Mayor.

Estamos en el último sábado del verano, en la Plaza Mayor última fiesta musical veraniega para amenizar la velada, mientras las familias -y sobre todo los niños- disfrutan del ambiente, los más jóvenes prefieren los bares de las intrincadas callejuelas del barrio viejo o hacer botellón a las puertas de la Iglesia Parroquial de Santo Tomás.

Botellón en la Iglesia de Santo Tomás.

El amigo R -R de RUNA no se pierdan este interesante blog- me recomienda telefónicamente que si paso por esta ciudad no deje de ir a hacer un cordero a Casa Terete, “Casa Terete para corderos asaos y allá cuidaos” es su lema. Crujiente y en su punto, regado con un Viña Cristina, crianza 2001, me recuerda muy mucho al lechón de Segovia.

Sin proponerlo el periplo portugués resultó al fin una autentica ruta de los vinos peninsulares.

Final con broche de oro en el Minibar.


En breve vuelvo con ustedes con una nueva serie.
Espero que sea un paréntesis muy corto.