Pioneros 10

Pilarín, Pili, la señora Pilar, L´Avia Pilar nos dejó hace diez años ya.
Nadie queda de aquella familia del Barrio Gótico; el hermano desapareció un buen día sin dejar rastro, luego Teodoro tras una tonta enfermedad, la curiosa abuela Isabel también se fue de una manera silenciosa, tanto que esa noche vino a despedirse en persona, aunque yo estaba muy lejos y de la manía recíproca que nos teníamos. Curioso.

Busco en la caja metálica de puros y miro las viejas fotos que me quedan, rescatadas de aquel oscuro piso y la veo sonriente, repeinada, con la mirada limpia y clara y ese chaleco tan bonito.

La veo en el colegio, en ese escenario curioso, tan viajero; frente al mapamundi y la gran isla de Australia y el océano Pacífico.
El globo terráqueo, los libros apilados, el tintero. Me gusta su mirada, me emociona el peinado y la trenza, me despisto mirando el cuello del uniforme con algún colgante que no puedo identificar.

La veo caminar por la vía del tren con su delantal, ese tren que pasaba junto a nuestra vieja casa, de aquel barrio que ya ni siquiera existe. Ella lo odiaba, odiaba la falta de comodidades, de servicios, de bien estar, pero nosotros nunca fuimos mas felices con todo aquel campo para correr bajo el sol.

La veo muy a menudo, sobre todo cuando me miro en el espejo o ahora mucho mas claro, cuando miro estas fotos y veo el rostro de mi sobrino pequeño. Es muy curioso él y su abuela se llevaban tan mal como yo y la mía. Nunca le he preguntado si aquel domingo que nos dejó, también ella se fue a despedir de él personalmente.