Paris exótica

A Principios del siglo XX el movimiento modernista reivindicaba el orientalismo, en su arquitectura, en la pintura o en la moda. A Principios de siglo XXI el oriente está aquí, y no ha llegado solo, también África o cualquier otro continente, nos rodea. Para un ciudadano de la cosmopolita Barcelona visitar Paris es ampliar por cien cualquier cosa que haya aparecido en casa los últimos diez años, basta el dato de nuestras cenas nocturnas en la capital francesa; un estupendo cuscus en la terraza de un amigable bar marroquí cerca de Porte de Clignancourt, al norte del Sacre Coeur y combinado falafel y humus en el barrio judío Le Marais, entre calles rodeadas de historia, movida gay y judíos ortodoxos, por algo le llaman “el barrio parisino que contiene más mezclas que el curry”, precisamente el curry era el olor de la escalera del apartamento donde nos alojábamos.

Pasear por cualquier barrio exterior al periférico es viajar a todas partes en una, nuestra visita al Mercado de las Pulgas fue una excursión al mundo mundial.
Así no es solo el turismo el que llega de todas partes sino también los propios habitantes, el decorado no deja de sorprender y puntualmente uno parece encontrarse en todos sitios y ninguno. Esto no es un parque temático, esto es la realidad.

Esta recopilación de fotos es bastante elocuente; un niño con rasgos orientales disfrazado de Spiderman pasea con un tronco de palmera por uno de los antiguos barrios al noroeste de la ciudad. Palmeras que adornan todo tipo de establecimientos al mejor estilo Marrakech. Sencillas tumbas de orientales en el cementerio Père-Lechaise y un grupo musical realizando cantos mongoles a las puertas del “Beaubourg”.
Algo así como la vuelta al mundo en una ciudad.

Cementerio Père-Lechaise

Frente al Centro Pompidou.

Y para terminar con otra mezcla explosiva, un par de locos divertidos
Boris Vian y Henri Salvador con su “Blues du dentiste”.


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