El Delta d´Ebre 1

En la frontera entre Tarragona y Castellón se encuentra la desembocadura del río Ebro que formas un gran delta de 320 kilómetros de superficie.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de pasar una horas disfrutando de este extraordinario lugar. Parque Natural y frágil ecosistema, la zona húmeda mas extensa de Catalunya y lugar de paso de numerosos aves migratorias; flamencos, garzas, toda clase de patos y aves acuáticas e infinidad de variedades de gaviotas.

El Ebro próximo a la desembocadura.

En la mayor parte de su superficie se cultiva el arroz y las lagunas forman parte de su singular paisaje. Los diferentes estados del cereal marcan su morfología.
La gastronomía es una de sus mejores bazas, a parte del arroz y los pescados, están las anguilas, los mejillones y numerosos bivalvos, sin olvidar las ancas de rana, animal muy preciado y con problemas; últimamente no se podían consumir, porque estos animales se encuentran en peligro de extinción mundial, sin que aún se sepa muy bien cual es el motivo.

Uno de los transbordadores.

El Delta tiene algunas características que lo hacen especial, en sus últimos kilómetros no hay puentes, y aún hoy se utilizan transbordadores, que por unos pocos euros te permiten cruzar el coche, la moto o la bicicleta a la otra orilla.
También hay barcos parta poder hacer un breve recorrido turístico por su último tramo.

Para mi, que me crié muy cerca de la desembocadura del río Llobregat, fue un poco una regresión a muchos años antrás al observar alguna xalana medio olvidada en la orilla. Las xalanas eran las bacas utilizadas para navegar y pescar en la río, sobre todo anguilas y carpas.

Nuevas utilidades de los viejos barcos: Parque infantil.

Fue un día completo, pudimos degustar una fideuá en un pequeño restaurante frente a uno de los transbordadores, como nunca la había probado. Si alguno de ustedes conoce la albufera de Valencia sabrán de que les estoy hablando. Una rica paella puede cambiarte el estado de ánimo en segundos.
Este mes pienso perderme por allí en alguna otra ocasión, prometo la segunda parte; kilómetros de playas de arena desiertas y faros.