Dos horas en el Museo del Prado.

Dos horas veloces, tenía ganas de ver muchas cosas. Salía yo pensando que después de los museos que he visitado en los últimos años, el Prado es pequeño, y eso está bien, la cosa sería poder dedicar dos horas a un solo cuadro y no correr pasillo arriba y pasillo abajo, sorteando turistas aburridas, para encontrar todo lo que quería volver a ver, a escrutar, sería la palabra exacta. Lo que me interesaba después de Roma era volver a ver el "David vencedor de Goliat" de Caravaggio, y miren ustedes que encontré a profesor explicando la historia de David y Goliat a sus alumnos; memorable. También quería darle un vistazo a “El descendimiento de la cruz” de Van Der Weyden y también había grupo comentando los mas mínimos detalles, pero en un idioma ininteligible para mi, tal vez holandés. Y me apetecía tcomo no, ver el autorretrato de Alberto Durero, pero miren ustedes que la sala estaba cerrada. Por otro lado tenía pendiente dar un vistazo al gran cuadro de Francisco Padilla “Doña Juana “la Loca”; tremendo! a uno le dan escalofríos mas que por las inclemencias del tiempo plasmadas, por la mirada aterradora de esa mujer enamorada que lo ha perdido todo.

Otra de mis impresiones fue pensar que en mi juventud siempre me decanté por Goya y en la actualidad me estaba interesando mas Velásquez. Otro de los objetivos era ver sus dos pequeños paisajes de “Villa Médicis” (ver abajo) realizados en Roma. pintados a plein air son sin duda los dos cuadros mas modernos del museo y precursores de los trabajos sobre la luz de los modernistas.

De todos modos la visita sirvió para confirmar mi gusto por Francisco de Goya, sus pinturas negras son parada obligada para todo el que visite esta casa.
Visita mas rápida aún a la nueva ala -edificio Jerónimos- , Rubens otra vez será, y me detuve en el shop y me llevé una postal “Bodegón de caza, hortalizas y fruta”, de Juan Sánchez Cotán. y un libro “Pinturas negras de Goya, de Valeriano Bozal.

Vistazo a la sede de Caixa Forum en Madrid.
Arquitectura contemporánea al servicio del poder.

Una cosa que me llamó la atención y que pensaba desaparecida ya de nuestros museos, es la gran cantidad de pintores, -todos eran señores y ninguno joven- realizando copias de las obras, caminar por los pasillos junto al olor a óleo, les devuelve a las piezas algo perdido.
Hoy finalizamos con video interesante.
No se cómo hacer para enlazar las palabras con acento,
les juro que en Wikipedia están Villa Médicis Y el bodegón de Sánchez Cotán.