El Garraf

El Garraf es un macizo montañoso que forma una meseta al sur de la ciudad de Barcelona, un poco mas allá de las poblaciones cercanas al aeropuerto del Prat, es un obstáculo natural para llegar a la ciudad de Sitges. Durante mucho tiempo franquear ese obstáculo, significaba recorrer en vehículo las famosas Costas de Garraf, carretera estrecha y de características curvas. En la actualidad una autopista de peaje con numerosos túneles, nos permite llegar a Tarragona sin problemas y en poco tiempo. Ese macizo -desde hace unos años Parque Natural- es famoso no solo por sus curvas, sino por sus cuevas, especiales para iniciarse en la espeleología y ahora también por una masía modernista el Palau Novella; museo de arte y cultura tibetana, trasformada en templo budista –Sakya Tashi Ling-, esos mismos que hace poco hicieron un hit con sus cánticos.

Una de las pocas playas accesibles es la que lleva el mismo nombre que el macizo, perteneciente al termino municipal de Sitges. Podemos decir la Playa del Garraf es la playa cercana a Barcelona mas singular. Llegar a ella es un viaje en el tiempo. Aún quedan los típicos chiringuitos de refrescos y helados, incluso con mesas de alquiler para poder degustar tu propia comida o jugar a las cartas. Hay un curioso pequeño hotel, especial para perderse en buena compañía en primavera y dos bares restaurantes, con esos típicos camareros desagradables, precios abusivos y paellas de mala calidad, pero el lugar vale la pena una escapada.

En primera línea de playa y bajo la vía del tren, hay una calle, con su placa y sus casitas, no son casas normales, son las antiguas barracas que los pescadores utilizaban para guardar las barcas y los aperos, -todas distintas, cada una de su madre y de su padre-, no se que superficie tendrán pero no pasaran de los 15 metros cuadrados mas los bajos, deben ser una sola pieza y el antiguo bajo de la barca ha sido reutilizado de múltiples maneras. Ni que decir tiene que los alquileres deben ser astronómicos y si una se desocupa tarda unas horas en tener nuevo inquilino.

Hacía mucho tiempo que no iba a una playa tan popular como esta, yo suelo visitarla sobre todo en días soleados de invierno o primavera y está casi desierta, pero casi nunca en pleno verano, me pareció muy interesante observar las características de sus visitantes; sus tatuajes excesivos, sus bañadores horteras y sus enormes bocadillos envueltos en papel de plata, pero también como esas genuinas familias trabajadoras han aportado elementos de otras etnias y como las nuevas etnias se han sumado a la masa trabajadora actual.