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Lugar de encuentro. En un mundo donde cada vez hay mas pasajeros y menos viajeros. Todas las fotografías de este blog pertenecen a su autor, menos aquellas que así lo indican.

2.25.2006

Vertigo

…” –Hábleme de esas dos maneras. Cuénteme todos los secretos del asunto y veremos si soy capaz de ello o no.
-Elevación y locomoción, ésas son las dos maneras. Por elevación entiendo ascender en el aire. No sólo quince centímetros, sino un metro, dos metros, seis metros. Cuanto más subas, más espectaculares serán los resultados. Un metro queda bonito, pero no es suficiente para asombrar a las multitudes. Eso te pone sólo un poco por encima del nivel de los ojos de la mayoría de los adultos, y eso no basta a la larga. A dos metros, estás suspendido por encima de sus cabezas, y una vez que les obligues a mirar hacia arriba, estarás creando la clase de impresión que buscamos. A tres metros, el efecto será trascendental. A seis metros, estarás entre los ángeles, Walt, serás algo maravilloso de ver: una aparición de luz y belleza que derramará alegría en el corazón de cada hombre, mujer o niño que levante la cara hacia ti.
-Me está usted poniendo la carne de gallina, maestro. Cuando habla así, me tiemblan todos los huesos.
- La elevación es sólo la mitad del asunto, hijo. Antes de que te entusiasmes, detente a considerar la locomoción. Me refiero a moverte por el aire. Hacia delante o hacia atrás, según el caso, pero preferiblemente ambas cosas. La velocidad no es importante, pero la duración es vital, la esencia misma del asunto. Imagínate el espectáculo de planear por
el aire durante diez segundos. La gente se quedará boquiabierta. Te señalarían con incredulidad, pero antes de que pudiesen aprehender la realidad de lo que estaban presenciando, el milagro habría terminado. Ahora prolonga la actuación hasta treinta segundos o un minuto. Mejora, ¿no es cierto? El alma empieza a expandirse, la sangre comienza a fluir mas dulcemente por tus venas. Ahora alárgala hasta cinco minutos, diez minutos, imagínate haciendo figuras y piruetas mientras te mueves, inagotable y libre, con cincuenta pares de ojos fijos en ti mientras flotas por encima de la hierba del campo de polo de la ciudad de Nueva York. Trata de imaginarlo, Walt, y verás lo que yo he estado viendo durante estos meses y años. “…

Paul Auster. "Mr. Vértigo".

1 Comments:

  • At 19:09, Blogger Portobello said…

    Auster, me gustaría saber de donde saca tanta imaginación, si es artificial o natural...yo soy fan de sus libros, he de reconocer que me agarran!

     

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