Una familia completa

Tercera vuelta de tuerca. He estado comiendo con mi padre y profundizando en el tema de sus mínimos recuerdos de la época, estoy obligado a realizar unas pequeñas correcciones, la memoria es traicionera.

Este post no estaba previsto pero creo que vale la pena.

Es muy cierto todo lo que decís en los comentarios, los rostros son “extraños y distintos” pero en mi caso muy familiares, “extrañamente” familiares diría yo. Pera el padre se parece mucho a mi padre de joven pero es calcado a mi sobrino mayor. Yo nunca me he visto un parecido físico evidente con mi padre, salí pastado a mi madre, pero si me reconozco en el rostro de ese niño rubio en brazos, que es el vivo retrato de mi sobrino pequeño. Me encanta a parte de los rostros las ropas, en la ampliación, -el original de esta foto es muy pequeñita-, vemos los pantalones sujetos con tirantes elásticos, se aprecia también la gran gorra del padre; en esa época todos los hombres portaban sombrero y en esta imagen hasta los niños, muy curioso el de Pera petit, me llama la atención el cinturón y su hebilla reluciente y una herida en un dedo de Pera gran. Lo que mas me gusta de esta foto son las miradas –diferente en cada uno-, e incluso se puede apreciar el aire limpio, el mar azul -no marrón-, bajo ese cielo claro y en la arena restos de cañas que bajaban por el río hasta el mar. Recordar que esta foto esta tomada casi en el mismo lugar, pero unos cincuenta años antes que la foto de la Farola junto a la playa que podéis ver mas abajo.

Respondiendo a la pregunta que formulaba Ta en los comentarios de ayer. Mi padre no conoció a su padre, -no lo recuerda- y poco a su hermano Tonet. Al resto he tenido oportunidad de tratarlos yo también y os puedo decir que esas miradas de las que hablo, reflejan la personalidad que yo he conocido en ellos; Pera petit militante comunista durante los duros años del franquismo, trabajador y luchador. Nunca en vida recuerdo haber visto sonreir a Conxita. Angeleta un poco marimandona, no tuvo hijos pero se parece como gota de agua a la hija de Pera petit abogada de profesión. Del pequeño Jaume poco podemos decir, pero los nueve primeros años de la vida de un niño son decisivos en su personalidad, y sus gestos y reacciones ya obedecen a la persona que será. Curiosamente yo pasé los primero nueve años de mi vida en un barrio muy cerca de donde se tomó la foto y algunas de las costumbres de esa época aún eran vigentes