Viajes extraordinarios

..." Ahora bien: el Albatros, con el máximo de potencia de sus propulsores, podía lanzarse a razón de doscientos kilómetros por hora, o sea cerca de cincuenta metros por segundo.
Pues bien: esta velocidad es la del huracán que arranca de raíz los árboles, la del vendaval que durante la tormenta del 21 de septiembre de 1881, en Cahors, se desplazó a razón de ciento noventa y cuatro kilómetros. Es la velocidad media de la paloma mensajera, la cual sólo la supera el vuelo de la golondrina vulgar, sesenta y siete metros por segundo; y el del martinete, ochenta y nueve metros.
En una palabra: como lo había dicho Robur, el Albatros, desarrollando toda la fuerza de sus hélices, hubiera podido dar la vuelta al mundo en doscientas horas, es decir, en menos de ocho días. "...

Julio Verne. "Robur el conquistador".