xnem

Lugar de encuentro. En un mundo donde cada vez hay mas pasajeros y menos viajeros. Todas las fotografías de este blog pertenecen a su autor, menos aquellas que así lo indican.

1.31.2007

El día mas largo


En general para la mayoría de pasajeros, y para algunos viajeros, el día de regreso de un viaje es un día perdido. El regreso siempre es mas corto, pero los preparativos, los paquetes, esperas, colas y medios de transporte lo complican un poco todo.
Yo intenté que mi día de regreso de la isla semidesierta fuera el día mas intenso. Me levanté antes que el sol, salude a la noche, di de comer a Lechuga y tomé un taxi al puerto, de allí un barco a la isla mas próxima, allí un coche me esperaba y dimos la vuelta a la isla, un cost to cost en buena compañía, después dos aeropuertos, un tren, un metro y llegué a casa a punto de saludar desde mi balcón a Orión con una perspectiva diferente. Allí me esperaban Betelgeuse, M42 y Rigel con una cálida sonrisa.

En la nueva isla tuve guía de lujo, nuestra amiga bloguera insular que me llevó a lo mas característico y simpático de su feudo; playas desiertas, faros en las rocas, carreteras de curvas sinuosas entre los árboles, jamón del bueno en terracita al sol, salinas, playas de enormes cantos rodados o fina arena. Un día que parecía no tener fin, hasta nos sobró tiempo para ver una peli en el vídeo.

Muchas gracias señorita a ver cuando repetimos.

La playa Dels Códols al fondo y las salinas.
Grande fotógrafa metis.

1.28.2007

Al despertar


“ Dicen que los ancianos del lugar oyeron contar a sus abuelos, que cuando un viajero solitario parte de la isla semidesierta se produce durante unos días un suave balanceo del terreno que puede durar semanas, llegando incluso a generar sutiles mareos en los perros vegetarianos, hay repentinos desprendimientos de piedras en los acantilados, el mar se oscurece y las espaldas de las viejas higueras se inclinan un poco mas. “

Texto susurrado al oído por Leip-bya antes de despertarme ayer.

1.24.2007

Faros







Los faros.

Muchos de vosotros ya sabéis como me gustan estas bellas construcciones, que no son otra cosa que una enorme metáfora o muchas.

El faro como hito, como mojón, como punto que delimita un lugar, un lugar al que merece la pena llegar, aunque solo se por haber estado allí.

El faro como atalaya, como lugar donde vivir aislado y protegido pero a la vez alerta.

El faro como luz que nos hace ver el camino.

El faro que nos protege de los farallones, de los bancos de arena y de los acantilados.

No podía partir de las islas sin dar buena cuenta de algunos ellos.

1.22.2007

Y "Lechuga"


Y así entre paseos por playas solitarias de arenas blancas o rosadas, vistazos rápidos a los acantilados ventosos y largas tarde-noches de lectura, música y películas orientales y del oeste, fueron pasando los días en mi isla semidesierta. Si la buscan en el mapa tengan presente que se encuentra a 152 millas marinas de Argel, 162 de Barcelona y 52 de Dénia, dando un vistazo a sus iglesias-fortificación nos hace pensar en un pasado no muy remoto de piratas y bucaneros, en el siglo XVIII aún se producían asaltos a las gentes que estaban repoblando la isla.


Y como no, ya es hora de hablar de “Lechuga” mi compañera de comidas y paseos por el bosque y los molinos. “Lechuga” en realidad atiende por el nombre de ASKA, pero yo la llamo así porque no he visto nunca un perro que se vuelva loco con la verdura, salta de alegría al oler una lechuga y le encantan las manzanas, las patatas y las zanahorias pero los plátanos no. Bueno yo me comía los plátanos y le dejaba a ella las patatas.

1 milla marina = 1.853 m.


1.19.2007

Pequeñas grandes cosas


Con tiempo y tranquilidad se pueden realizar múltiples lecturas de las cosas.
Cuando llegas a un lugar excepcional con la pretensión de fotografiarlo, en ocasiones el paisaje se te come, es difícil atraparlo, no hay manera de encuadrar, de hacerlo del tamaño del visor y que eso quepa dentro de la cámara. Caminas hacia atrás dando aire una y otra vez, pero nunca es de tu agrado. Entonces es mejor no hacer la foto, proseguir la marcha y disfrutar del día.



Al regresar todo parece haber cambiado, piensas que puede ser el ángulo del sol, una nueva percepción del mismo lugar, pero no, eres tu el que ha cambiado, así que dejas en paz ese paisaje que tenías en mente y contemplas el que realmente existe. Entonces es cuando empiezas a ver las pequeñas grandes cosas que lo forman, el equilibrio inestable de unas piedras, la arena de la playa de color de rosa formada por infinidad de cochas machacadas o constatar que la isla no está tan desierta y que alguien antes que tu caminó por allí.


1.16.2007

Los sueños


Uno de los agradables trastornos acaecidos en la isla semidesierta fueron los sueños. Me encanta soñar! Pero por alguna razón que desconozco, en los últimos años no suelo recordar que he soñado, en muy pocas ocasiones puedo disfrutar de las tribulaciones paranoico críticas del guionista de mis sueños.

En la isla he tenido unos sueños deliciosos, fantásticos y los recordaba a diario. Hoy por una de esas “casualidades” que siempre les digo que “el mundo me habla”, he encontrado este texto:

Leip-bya, según ciertas tradiciones birmanas, es el espíritu donde reside la vida, habita en nuestro cuerpo y es él quién nos hace soñar. Cuando los hombres duermen sale por la boca y vuela, en sus viajes visita nuevos mundos, pero también lugares ya conocidos que nos presenta con otra visión, así, nos proporciona nuevas experiencias y sensaciones que se materializan en “nuestros sueños”.

La leyenda también dice que Leip-bya tiene que haber entrado de nuevo en el hombre al despertar, de no ser así, aquellos sueños jamás serán recordados.”

Como ven el espíritu era puntal a su cita conmigo cada mañana. Y no se crean que esto es una propiedad única en la isla, desde que llegué a casa se han ido reproduciendo y en estos últimos días de Valles de Caballos y caza de Mamuts, se ha disparado una cualidad curiosa; acompañando al sueño hay una voz en off que narra, -como si fuera un film-, explicaciones y comentarios sobre lo soñado, como si ya estuviera redactando el texto para contárselo a ustedes.



El texto es de la exposición “Leip-bya” de Enric Curto
que pueden ver a partir de hoy junto a “Espais Oberts
en la Galería Kowasa de Barcelona.

1.15.2007

La soledad


…”- Y así que hiciste esta Navidad? –preguntó ella.
- Me fui a una isla semidesierta. –respondió él.
- A si!. A que? Con quien?
- No, yo solo, a leer y descansar…
- Solo? Pero allí había alguien?
- Bueno si, poca gente… y una perra , pero estuve solo.
- Solo! Tu estas mal!. “…



La soledad buscada no es ninguna desgracia, cuando estamos solos de verdad suele haber mucha gente alrededor.
La soledad nos puede agobiar, pero también nos puede proporcionar la tranquilidad necesaria para descansar y pensar.
De todas maneras cuando estoy solo nunca me aburro, siempre tengo muchas cosas que hacer, en la isla semidesierta hasta me faltó tiempo.

Hoy he terminado de leer el segundo libro de la saga de Ayla; “El Valle de los Caballos” curiosamente en este volumen la joven hace un viaje iniciático en solitario.
Cuando terminamos la lectura de un libro a veces nos sentimos un poco mas solos, los personajes nos abandonan como los amigos al finalizar una fiesta. Por suerte en este caso aún me quedan otros tres.

1.12.2007

El Tótem


Antes de nada un par de cosas.
La primera.
Ustedes saben que hay gente muy aficionada a los deportes y que tienen un equipo favorito. A mi afortunadamente –ya que me interesan demasiadas cosas- nunca me entusiasmaron los deportes y menos el fanatismo deportivo, eso lo odio. Igual que hay gente que se dice ser del Betis o del Barça, yo soy del neanderthal.
Eso me interesa mucho desde hace unos cuantos años.

La segunda.
Algunos de ustedes me habrán oído -o leído- decir alguna vez “el mundo me habla”. Y es cierto nos habla a todos, la cuestión es entenderlo y/o descifrarlo.

En estos días tranquilos de isla semi desierta el cuerpo y la mente se relajan y empiezan a escuchar.
La lectura del libro de Auel no fue casual, el momento -como siempre- era el preciso. Las cosas llegan cuando han de llegar. Hacía una año que reposaba junto a mi cama y solo en ese momento yo estaba preparado para leerlo .
Una de las enseñanzas de Creb, el viejo Mog-ur a la pequeña Ayla es que prestara atención a su Tótem; –el Mog-ur es el brujo, el chamán, el mago de la tribu-. El Tótem para la tribu neanderthal del Clan del Oso era el animal que los guiaba en sus momentos de duda, el que les prestaba protección y sabiduría. Por otro lado Ayla está muy atenta a diversos objetos que se encuentra en el camino, ellos le comunican si su pensamiento es acertado o no. A mi me apeteció mucho jugar a ese juego. Pensé cual podía ser mi Tótem y presté atención a los objetos que me encontré; veinte duros en el bosque –si, una moneda de cien pesetas!- y esto. Que por otro lado y ahora que lo pienso es un plano esquemático de mi isla semi desierta.

1.10.2007

El Clan


Una de las razones fundamentales de partir estos días a mi isla semidesierta, fue leer con tranquilidad un libro que aguardaba durante meses en la mesita de noche;
El Clan del Oso Cavernario” de la escritora de Chicago Jean M. Auel, libro de ciencia ficción publicado en 1980, -si han leído bien, la ciencia ficción no se limita solo al futuro-, en él se narra la historia de una pequeña niña cromañón de cinco años separada trágicamente de sus padres y adoptada por una tribu neanderthal. Auel reconstruye las costumbres de sus protagonistas, el paisaje y la vida salvaje, con mucha imaginación pero basándose en todos los conocimientos científicos de entonces.



Así la pequeña cromañón Ayla no solo me acompañó en las largas noches. Si caminaba con mi trípode por los altiplanos encharcados junto a los acantilados del este, era Ayla recogiendo plantas medicinales con su palo de cavar. Si bajaba a las rocas salpicadas por las altas olas, allí estaba ella recolectando mariscos o huevos de aves marinas. Si caminaba por la arena del manso mar, Ayla nadaba feliz entre la espuma blanca. Cuando las perdices correteaban entre los matorrales encharcados del faro del sur, la muchacha estaba al acecho con su honda, en ocasiones hasta parecía que de un momento a otro podía aparecer en el horizonte la gran silueta de un mamut lanudo.


Mantener la leña seca y hacer fuego para la estufa no es sencillo ni siquiera con encendedores y cerillas, cada tarde la encendía pensando en ella, tratando de recordar en dejar mas madera en el porche para que no estuviera húmeda y en los momentos en que no llovía, traer mas hojas y ramas pequeñas de pino a la casa.
Mientras pasaba rápidamente las páginas del libro en mi oscura y templada “cueva”, oía fuera la lluvia y el viento como si fueran la lluvia y el viento de la estepa cercana a la península de Crimea durante la era glacial al final del Pleistoceno.

1.07.2007

El sol y la luna


Y por fin salió el sol. Un hermoso sol de invierno, brillante, luminoso, con un cielo azul como siempre tras una gran tormenta. Y aparecieron hasta nuestras amigas las lagartijas, y los gatos se reunían en sus lugares habituales y no perdían el tiempo en comentar nada, no, se limitaban a absorber la mayor cantidad posible de vitamina D de nuestro astro rey, a disfrutar de su agradable temperatura y a simplemente dejar el día pasar. Mientras yo caminaba por la cálida arena blanca de las playas buscando algún encuadre significante, observando el color del agua del mar, los embarcaderos solitarios y los aparcamientos vacíos.


3 expertos el 25 del 12.

De nuevo el mar se hizo azul.

También apareció una incipiente luna, que trazaba nuestras sombras junto a la de los pinos en el bosque y casi la linterna se hacía innecesaria.
Y cada noche me despedía de Orión, mientras las luces del faro cercano iluminaban las copas de los pinos y cerraba la luz del porche para permitir a “lechuga” dormir con comodidad en la oscuridad.

1.05.2007

El viento



Las inclemencias del tiempo me hicieron prestar especial atención en los agentes meteorológicos.
Tras el granizo y la lluvia, fue el viento el gran protagonista, mi isla semidesierta es bastante llana, no hay grandes montañas que frenen los rudos vientos que llegan desde muchas millas mar adentro, este meteoro intentó radicalmente hacerme caer por el acantilado o arrebatarme el trípode en varias ocasiones.



Una de las mas bellas sorpresas fue reconocer entre el paisaje su manera de proceder, así encontré muchas evidencias del viento como escultor, pero también como gran dibujante, músico y yo diría que hasta poeta, porque hay que ver que formas tan curiosas hace adoptar a las higueras y a las sabinas.


El viento y las hojas dibujan en la arena.



1.03.2007

La lluvia

Sigue lloviendo en mi isla semidesierta, a ratos una tregua, entre las nubes se escapan algunos rayos de sol. Sigo poniendo el despertador a la 9.00, es una hora prudente, si hace sol, ya ha subido el acantilado y lo puedo ver desde la cama por la ventana del dormitorio orientada al sur.
Si no llueve mucho y salgo antes de las once puedo hacer alguna foto, a partir de esa hora las nubes altas lo cubren intermitentemente. No hay nada mas molesto que trabajar con fotómetro y trípode, a la que esta todo en su sitio, se nubla y a esperar.
El viento tampoco colabora nada y es complicado mirar por el visor, salitre, arena o lo que sea que transporta, termina siempre en mi ojo derecho, el de enfocar.

Las tardes son largas, la estufa metálica de leña y un portátil para ver vídeos y escuchar música hacen buena compañía. El libro que traje lo mejor del equipaje.

El resultado es que la vida cotidiana se amolda a su curso “natural”; hacer solo una cosa a la vez y no pensar en la siguiente jugada.

Las noches son muy oscuras en la isla, los pocos habitantes permanecen junto a las estufas, mas de la mitad de la población alemana parte hacia su país a celebrar las fiestas con la familia, día a día la isla es mas semidesierta.

1.01.2007

Mi isla semi-desierta

Saludos!
Año nuevo y nuevas aventuras.

Temporalmente este reciente periplo puede encuadrarse casi con exactitud, entre la luna nueva y el primer cuarto del solsticio de invierno.


La llegada.

Tras un viaje por tierra, mar y aire, se hizo patente una vieja máxima que escribí hace un tiempo; en ningún viaje se puede dar nada por sentado, cualquier idea preconcebida se esfuma al instante.

Al desembarcar en la isla, un sol espléndido reconfortó el “vermutito” en una terracita, pero a la tarde-noche el tiempo dio un giro de 180 grados. Lluvia y granizo como nunca se habían visto en el lugar.
Así que la primera particularidad de este viaje se manifestó aclarando -por si había dudas- que la mejor cualidad del fotógrafo es saber esperar.
Mi intención era apartarme de la fiebre navideña y retirarme a leer, descansar, pasear y hacer una nueva serie de fotos y ver si tal vez así encontraba el auténtico espíritu de la navidad, pero el frío, la lluvia y el viento no facilitaron en nada la tarea.
La solución fue clara; paciencia y amoldarse a la inesperada situación.
Cuando uno vive pendiente de los designios de la naturaleza olvida el reloj, se levanta y se retira con el sol, come cuando tiene hambre y se abriga según la necesidad. El día tiene veinticuatro horas y si las sabes aprovechar dan para muchas cosas.

68 litros por metro cuadrado en unas horas.


Granizo; casi una nevadada.

ah!
Y recordar que si hoy es día 3 de enero toca luna llena.
Aunque esta noche ya podéis disfrutar de su influjo.
Comenzar año con luna es buena cosa.
buena luna!